Algunos, tienen el peso sobre ciertos hechos
que los sentimientos suscitan
en la conciencia;
otros, en cambio, nacen de ese preciso nivel
desde el cual el corazón se sumerge.
¡Hay tantos contenidos que aparecen
como soles!
Somos todos ciegos, incapaces de mirarnos
a nosotros mismos.
No es una verdad, ni tampoco una imagen.
Son hechos que se corresponden,
- metafóricamente hablando-.
Interiores que se reflejan y se sostienen,
que brillan, iluminando sin cálculos,
permitiendo sujetarse en lo humano,
como un vaso inmenso,
equilibrando esa balanza de la realidad,
para multiplicar el sueño.
¡Hay tantos contenidos que se sostienen,
como viniendo de afuera,
afirmándose en lo humano!
Siempre buscando mensajes,
que se van integrando en cada letra,
abandonándose en esa oscuridad
que mendiga señales como un pobre,
para colmarse de expectativas,
bajando hasta lo más profundo,
hasta los cimientos de las tinieblas,
para ser acogido,
y comprender de una vez,
el logos oculto
y, por ventura, volar para salvarse.
Cuando no se puede hallar solidez,
la primera virtud es escuchar,
y la música nos ayuda más que las propias palabras.
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