El ja ja ja ja ja ja, desarrolló una conversión eficaz de aquel amargado ente deshacedor de ojos grandes en una simple sonoridad agradable y estúpida. Aquel ja ja ja ja desgarró en menos de diecinueve minutos, tal vez dieciocho a cualquier ser que pasaba por la cúpula invisible manoseadora de oídos.
Juani se llamaba ese ente mencionado en la primera oración de este sano cuentito y dicho hermafrodita no era más que un par de harapos envolviendo a colores malolientes y oscuros. Pero volvamos al ja ja ja, aquel ja ja ja punzante y agudo que podía hacer de la humanidad una sola muerte. Como les dije, la risa acéfala duró casi veinte minutos, los cuales bastaron para hacer de la anterior oración de este sano cuentito una certeza, la humanidad se murió!!!!!... Y el ente se suicidó por que ya no había humanidad a la cual joder.
Luego de su muerte recién pude escribir el cuento ya que la risa de este tipo no me dejaba ni escribir.
Que suerte que se murió!!!!!!. No????.