Mira el negror de la noche, sintiendo la melancolía de alcanzar por fín el deseo soñado una y mil noches. Pero , ¿cómo? ... casualidad, ¿destino?. Quien sabe, sí, será la luna casi llena o quizás será que la Luna ahora acaricia el mar para que duerma.

Eso será, la luna y el mar, la luna la veo, pero el mar queda un poco más lejos. O quizás será el mar que provoca en su deseo de alcanzar la luna las mareas que llevan los sueños ....

Los sueños, los sueños que nos invaden a todos, lejanos, justo al alcance de la mano o detrás de las sombras. Esos sueños de la vigilia tibia, que engañan al pensamiento para vivir lo que nunca se ha vivido. Será que hacemos buena pareja, al reflejo de tu imagen y mi deseo.

Sí, soñando de nuevo las noches arropadas por la suave dejadez del pensamiento, enredandose entre los dedos.