EN UN VIAJE (Prosa)
Estaba solo en una de esas tardes en las que el mundo pareciera que se detiene, sin nada que hacer y un poco aburrido prendo un cigarrillo para poder relajarme aun mas, todo transcurría lento, las nubes no se movían, el aire no mecía las ramas de los árboles que puedo distinguir desde mi ventana, el ruido cedía ante la fuerza de aquel silencio que llenaba todo el espacio.
Todo era tan normal, como cada vez que fumo, pero un pequeño zumbido tomaba cada vez mas fuerza y poco a poco fue ganándole terreno al silencio que hasta ese momento había reinado en mi habitación, mas y mas fuerte se escuchaba aquel sonido como si anunciara su llegada triunfal, pero no hay que preocuparse solo era una pequeña ABEJA estaba igual de aburrida que yo y buscaba un poco de compañía.
La salude y cortésmente ella me devolvió el saludo le dije- ¿no quieres fumar?, ella respondió- no, gracias a que tu lo haces yo puedo estar aquí- jajajaja no entendí lo que quiso decir pero no quería mostrar mi ignorancia, -y que es lo que haces aquí- le dije- nada solo que no tengo nada que hacer y quisiera invitarte a dar una vuelta por aquí-respondió.
Gracias pero tengo bastante flojera de caminar y prefiero estar aquí acostado placidamente en la comodidad de mi cama, fue cuando comenzó, ya no estaba en mi cama, ahora estaba flotando pero no quise demostrar mi miedo y solo comencé a reír como un demente, así fue como accedí a acompañar a aquella abeja chistosa.
Como yo nunca he volando en ningún otro lugar me desoriente y no supe hacia donde nos dirigíamos, pero después de estar dando vueltas por el aire, por fin llegamos, cuando me posee sobre aquel lugar estaba muy pegajoso, pereciera estar cubierto de miel con unos pequeños GRUMOS, ahí era todo una fiesta, todas las abejas incluida la reina estaban bailando al compás de las notas de un PIANO.
Parecían muy alegres en ese lugar, las obreras bailando con los zánganos en la pista llena de grumosa miel, un zángano a lo lejos en una esquina de aquel salón de baile llamado “panal dance”, bueno mas bien bautizado por mi así, no le quitaba la vista a la reina que se contoneaba como lo que es una “reina”, se veía que no tenia buenas intenciones, pero como yo no pertenecía a aquel lugar y estaba solo de invitado preferí hacerme de la “vista gorda”, poco a poco aquel zángano con su CORBATA amarilla se fue acercando, la reina no se percataba o al menos eso pensé, cuando por fin estuvo a la distancia deseada se abalanzo sobre de ella, toda la fiesta se acabo todos corrían para diferentes direcciones las obreras por su parte chocaban unas con otras, no se que tenia la miel, los zánganos trataban de escapar del salón del baile, el del piano lo doblo y salio huyendo, la seguridad del lugar tomo por su cuenta a aquel zángano atrevido, y le dieron una golpiza por osado y caliente.
Por el alboroto la abeja que me invito no se donde quedo estaba solo y sin saber como salir, en eso momento al zángano lo aventaron hacia una TELARAÑA, por que fue condenado a muerte.
Yo estaba como un ESTORBO ante aquel alboroto todos me empujaban y por ello caí a la telaraña, estaba como loco ya no podía volar todo lo bonito del viaje término, quiero regresar, un golpe me libero de la telaraña y me hizo caer y caer y caer, hasta que llegué a una superficie blanda, que me sorprendió mucho, abrí los ojos y me sorprendió ver a mi salvadora mi madre que con un certero golpe de libero y se dio cuenta de que tan drogado estaba.
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