La noche antes Yasna había soñado que un hombre le veía la espalda y ella la tenia peluda.
Se despertó asustada estallando en risas a tal ridícula situación que estaba; no pudo saber la reacción del hombre ya que se había terminado el sueño.
Al día siguiente se levanto a trabajar de niñera.
Llovió todo el día no sabía como volver a su casa ya que quedaría como sopa.
Ya tarde agarro una bolsa de nylon y se fue a su casa dejando a los niños con sus padres.
No se veía nadie en la calle el nylon no le cubría mucho la cabeza, se mojo completita como si hubieran vaciado un tarro de treinta litros por el cuerpo, ni el calcetín se salvo.
Llegando a casa se quedo dormida en pijama y se puso un gorro de lana de alpaca.
El viento soplaba fuertemente, por debajo de la puerta llegaba el agua tratando de invadir al sillón. Yasna durante la noche no sintió nada.
Sonó el despertador más allá de la hora exacta donde ella se levantaba.
Se despertó de un salto; el teléfono sonaba como un eco dentro de su cabeza.
El dolor de cabeza y garganta era espeluznante; las piernas las sentía muy ligeras trataba de parase lentamente hasta llegar al baño donde se miro en el espejo, observo su lengua, apenas podía sacarla.
¡Otra vez!-exclamo Yasna.
Se puso la casaca de cuero todavía húmeda, debajo el pijama abrió la llave del lavamanos y refregó sus ojos sin ganas.
Camino hacia la puerta dando maldiciones al viento como si alguien la estuviera escuchando.
Salió a la calle pisando cuentas de luz que todavía no pagaba. Sacó la llave que colgaba de su pecho y cerro el portón.
Llegando a la esquina pidió una bicicleta a su vecino el cual se la facilito con una condición bien extraña a la cual Yasna solo movió la cabeza sin mirar atrás.
Chocaba con los autos ya que rozaban fuertemente con el viento, se hacia a un lado mojándose los talones rápidamente.
Trataba de manejar la bicicleta a murmullos inurbanos acordándose de la proposición del vecino a quien se merece una buena retada.
Menos mal que no le pedí el auto, viejo perverso-Verseo ella soltando risas.
Vio que el hospital se acercaba a ella estaciono la bicicleta y entro.
Hola, necesito unos minutos de atención medica-dijo Yasna acercándose estrechamente a la recepcionista.
Si, si tengo una hora desocupada-dijo la recepcionista buscando bruscamente entre tecla y tecla de su PC.
No necesito una hora ya que nunca un doctor estaría una hora de su vida atendiendo a una persona-Balbuceo Yasna dándole a entender que sonaba absurdo.
Como usted diga Srta. Tome asiento y espera a que la llamen.- indicó la recepcionista
Yasna se sentó jugando con el cierre de la casaca.
De repente apareció el.
¿Su nombre?-acercándose el con una hoja en mano.
Yasna Bacarreza- respondió Yasna dando la impresión que ya lo había visto antes.
Entre por aquí por favor-dijo el con una voz jactanciosa.
En la sala blanca Yasna recordó algo y se sentó mirando la cordillera por el gigantesco ventanal.
Srta. Bacarreza ¿que problema tiene usted?-pregunto el tratando de buscar la forma de exponerse.
Yasna abriendo las cortinas respondió: Este dolor que me tiene mal, no se si son las amígdalas
Garganta no sé.
Voy a examinar-dijo el levantándose de su puesto.
Abra la boca-Ordeno el
¡Ah!-dijo Yasna tratando de ser lo bastante indiferente.
¡Ah si que problema más grande! Levántese la ropa-sugirió el.
Yasna respondió recordando su pijama grueso de algodón sin preguntar nada se inclino hacia delante subiéndose la casaca y el pijama y de forma muy tímida dice: ¿Qué hago?
Inhale y exhale cuando yo le diga-dijo el repentinamente
Que cosa más fácil -pensó Yasna
El toco su espalda con una mano arrebatándole la suavidad, donde la mirada de Yasna llegaba a la cumbre de la cordillera buscando un espacio sereno y desahogado.
Srta. Bacarreza ¿donde se hizo este tatuaje?-dijo el cortando el silencio.
¡Ah eso!-dijo ella tratando de volver de el mundo perdido.
Si eso ¿Qué pensaba que era?-respondió el sarcásticamente
Es una larga historia pero necesitare más de unos minutos para contarle-Respondió ella recordando que el significado de los sueños nunca son exactos.