Me estorba la piel
y me estoy quedando
en los huesos adecuados,
ensayo detrás del espejo
una pantomima con sabores
simples, de movimientos
descuidadamente malos.
El cabello resbala sobre
los hombros de una ironía,
ensayo movimientos
andróginos que me ocultan
bajo las sobras del delirio
agónico de unas palabras.
Paso de un traspié a otro,
juntos los dedos de los pies
bailan insaciables,
estorba una vez más la piel.
Estoy quedando en los huesos
el cabello cae, muere inmóvil,
gotea la sangre del sudor,
tropiezo con las miradas
de vacíos asientos.
Me estorba los huesos
al disfrazarme del humo nauseo,
que destilan los aplausos,
resbalo con la tristeza.
Admiro los bellos de mi cuerpo
humedecerse en las gotas
salobres de un monologo
de pocas cómodas frases.
-Eres el deliro de esta danza,
inverosímil-
-muerdo tu ombligo en la luna-
-cosquillea la mirada-
-la sombra de el otro yo-
-un baile para tu cuerpo-
-el disfraz de mis huesos-
-estorba nuevamente la piel -
-una pantomima sin difusión-.
Pies tiesos en la orilla del escenario,
amarga sangre asexuada,
sangre en movimiento,
¿de dónde sacaron los asientos?.
Un monologo pantomimezco
un maquillaje espejismo, colores
de una escena sin ensayo,
colores de una vida sin movimiento,
-¡necesitamos otro disfraz, otros huesos¡-.
Ensayo sin espejo, una pantomima
me priva en un monologo
de pocas raíces, escasa música
alimentando un piano, ardiendo una danza,
ardiendo en salobres caricias.
Ensayo saltimbantezco de una muerte,
de un monologo,
de un beso en la frente,
de una mirada penetrante,
de una sola muerte entre tus brazos,
cobijado en la lujuria de una pantomima
con poca gente, de escasas personas.
Maullando, -¡¡¡necesito huesos!!!-,
-otra piel como disfraz-.
Ojos lustrados para poder ver frente al espejo,
una boca para poder besarlo,
aúllo frente a la pared, dedos rotos,
ojeras extravagantes, un disfraz desteñido,
una hoguera de movimientos,
otra danza de dedos rotos
el cabello resbalando, el cabello
envejecido, monologo de pocas frases,
mala pantomima de una danza.
Pioxo.
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