-Estoy sola, y no es algo que me mantenga intranquila... es decir, trabajé mucho por llegar a esta condición. Muchas veces estar acurrucada en el pecho de mi mamá me devuelve la sensación de calidez que debiera traerme la vida en general, pero ahora en este frio rincón, con mis manos perdiendo el sentido, visualizo mi aliento y sí.. aún estoy viva, y sigo aquí, parada...-
Se frota la nariz, algo incomodada por el frío que comienza a rondarla.
-Aunque... ¿Sabes? , no siempre fue así, hubo un tiempo en el que me vi rodeada de gente, -susurra, cada vez más bajito- y tampoco era feliz, al menos este es un estado neutral algo más calmo, mucha gente simbolizaba el que vendrían bastantes problemas. Así fue como colé a mis amigos hasta tener los que tuve durante años, no me arrepiento, eso sí, de haberlos amado, de abrazarles cada vez que pude... de llorar por ellos cuando se alejaron-
El pequeño peluche de conejo y la almohada la miran en silencio, únicos testigos de su queda sonrisa.
-Es inútil hablarles a ustedes, aún no estoy loca como para imaginar respuestas de seres inertes... aunque, algo de consuelo me da el sentirles tan próximos. -
Se lleva las manos a las mejillas, siente su tibieza.
- ¿Estaré enrojecida? ... no lo creo, ni con mi enfado he logrado sonrojarme.-
Escucha pasos en el pasillo, apaga rápido la luz y a tientas, busca la cama en silencio, susurrando.
-Y ahí les escuchas, creen que te conocen, que hacen lo mejor ofreciéndote tantas posibilidades... y tú tan muerta, tan triste...-
Muerde la cubrecama y cierra los ojos, dejando que sus ojos...
-Vomiten, como ustedes decían, ellos vomitan por el simple asco que les causa esta circunstancia. ¿Saben? Sé que no me oiran, que lo más seguro es que yo tampoco se los recuerde, pero los sigo queriendo... aunque me hagan mil trocitos de papel con sus tijeras, yo aún les querré, porque fuimos amigos... porque yo antes no estaba sola, porque los amé.- |