Temblor…
Vibrar…
Palpitar…
Un sonido… repetido… un movimiento… irregular… se hace cada vez más constante…
Respiro… El aire me invade, la luz… la luz aun me ciega, entrecierro los ojos… en esta soledad luminosa medito…
Me invade una sensación sublime horror y felicidad, la sensación e que en un espacio pequeño se almacena un infinito, un velo de fantasías cubre el horror por un instante, danzan ante mi quimeras multisensibles que ocultan sus rostros siniestros en mascaras carnavalescas, el desfile paulatinamente se convierte solo en movimiento, terrible vaivén sin sentido, en un océano de infinitas posibilidades, una indeterminación mas terrible que la muerte donde nada sucede, pero a la vez pasa todo.
Veo a lo lejos el árbol prohibido de aquel paraíso inaccesible, la condena del extranjero pesa en mis hombros, y allí el atalaya incansable, el juez todopoderoso me señala y me condena, soy extranjero en una nación sin tierra, solo puedo recoger los frutos que caen de aquel árbol y aumentar mi culpa ante aquel juez, allí esta aquel fetiche multiforme, aquel objeto sin materia que me conforma, soy yo mismo la pena, el castigo, juez y verdugo, forajido y vagabundo que deambula sin cesar.
Camino con pasos de fuego que marcan mi paso por un desierto estéril, solo… solo con mis palabras, palabras que se vuelven vacías al perderse en el olvido del constante caminar, que pierden su sentido de comunicar en esa soledad, sin nadie que las avale ni les de testimonio las palabras son tan mortales como el que las pronuncia, sin alguien que las escuche, ni las deifique son tan vulnerables como aquellos Dioses muertos, aquellos inmortales consumidos por el olvido…olvido… todo puede parar en el olvido.
Todo esto resuena como un eco en mi cabeza, el olvido, las palabras, el vació, todo, la nada, un eco constante, penetrante como un zumbido, un sonido sin ruido… la luz aun me ciega, un sabor amago recorre mi boca, el aire ahora es espeso como el humo… ahora siento mis músculos tensarse.
Otro respiro, el palpitar de mi corazón es constante, el ruido desaparece y de entre las brumas se dibujan las formas que conozco… Despertar de nuevo, dejando las ensoñaciones en el olvido.
|