Y ahí estaba ella, toda vestida de negro,
Con su tez pálida y su mirada amenazadora
Convertida en una mentira inmaculada,
Te observo cuidadosa y asombradamente
Envolviéndome en tu alrededor para luego
Descubrir una lágrima, aquella lágrima
Que rueda por el rostro de la pesadumbre
Fría, tan sorprendentemente me has mostrado tu dolor,
Dejando ver un alma pura y desolada,
Que sin saber porque llego a mi.
Texto agregado el 21-05-2007, y leído por 117
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