Por fin puedo escribir con ortografía española, estaba chato de esos teclados raros. Para hacer un miserable punto, tenia que apretar SHIFT y "punto y coma", la Q estaba en el lugar de la A, la Ñ no estaba, y en su lugar estaba la M, etc. Ahora igual me cuesta acostumbrarme de vuelta. Recién quise escribir "como" y por costumbre, escribí "coño". A propósito de coño, estoy en España, en Valladolid precisamente, donde mi destacado tío Quicho me recibió amablemente. Vengo de pasar unos días en Toulouse, y tras 23 años de incertidumbre y desarraigo, puedo decir que nací en una linda ciudad. Es la cuarta mas grande de Francia, y tiene cosas muy antiguas. Casi todas las casas y edificios son rojizos, ya que en Europa sí se respeta esa máxima de construir con materiales de la zona, cosa que en Chile ya no se hizo no más. Salvo en Chiloé y esos lugares (sí Gracia, el sur la lleva). También destaca por estar llena de jóvenes, tiene 150 mil habitantes, es la segunda ciudad universitaria, después de Paris. Así que di unas vueltas, todo se mantiene tal como NO lo recordaba. Pasé por Supaero, que es el lugar donde estudiaba mi padre en esa época (Toulouse es la capital aeroespacial de Europa), por el departamento que fue mi primera residencia, y la clínica donde vi la luz un 19 de septiembre. Me sentí casi como los salmones que van a morir al lugar donde nacieron. Debí haberme suicidado ahí mismo para cerrar el ciclo. Por muy ciudad natal mía que sea, no había tanto que hacer, asi que fuimos por el día a Bordeaux, para hacer lo mismo que vengo haciendo hace 48 días: caminar. Igual se pierde la capacidad de asombro, porque habían MÁS calles antiguas y estrechas, MÁS iglesiotas del siglo no se cuanto, MÁS puentes y casas bonitas, etc. Tambien fuimos por otro día a Albi, donde había OTRA catedralota, con la particularidad de ser una de las mas grandes que vi, y hecha entera de ladrillos. Bastante sobrecargado su interior, además. Al lado entramos gratis al museo de Toulousse-Lautrec, ya que cerraban en 15 minutos, y se paletearon. En todo caso, lo pasaba re bien en la casa donde nos quedábamos. Acompañaba a la Any (nuestra anfitriona) a comprar quesos, jamones y foie gras, en tiendas artesanales de comida, y era entretenido ponerse a mirar las cosas raras -y seguramente ricas- que habían. Igual probé algunas. Hay una verdadera cultura gastronomica que en Chile no se tiene. Imagínense que está la guía Michelin, que es una exclusiva guía de los más destacados cocineros de Europa, y un millonario cocinero francés se suicidó porque le quitaron una estrella. Cuando llegábamos chatos, veía peliculotas en dvd (vean la brasileña Cidade de Deus, que acaba de perder unas nominaciones al Oscar), o simplemente conversaba con la Any y Michell. A ese matrimonio lo conocimos porque hace mucho tiempo adoptaron un niño chileno, que ahora tiene 14 años, y nos trataron realmente como reyes. Un dia nos llevaron a comer, y para qué decir lo rico que fue. También un día fuimos a Carcassonne, una ciudadela medieval que se ha conservado super bien. Tiene todas las muralles incluso. Lo normal en Europa es que las ciudades conserven solo las puertas de sus antiguas murallas, como reliquias históricas, porque cuando empezaron a crecer obviamente que la muralla les quedaba chica y la botaban, pero esta ciudadela se mantenía intacta. Ya al verla desde la carretera llama la atención. Cuando entré, me sorprendí de que adentro habían tiendas, casas, etc, ahí si qeu pensaba qeu iba a estar todo cerrado como una ciudad-museo, porque tu te preguntas cómo, en estas casas de TANTOS siglos, donde no entra un auto por sus calles, que son definitivamente las más antiguas que he visto. Igual había parte "museo", con una guía turística cada 2 horas. Parece que ella era bien carismátiquilla, decía cosas amenas y hacía participar al público. A mi mismo me dijo algo que debe haber sido divertido, porque la gente se reía, sobre todo cuando me apretaba los cachetes tratando de sacarme una sonrisa. Al dia siguiente partimos a las 6 de la mañana rumbo a San Sebastián, España. Allá nos recibieron (tengo mucha suerte) los papás de la secretaria de mi papá, que se la jugaron y nos llevaron a un restaurant también. Habían puras cosas ricas. Yo quería probar algo raro y comí "rabo de buey". La comida vasca es muy buena. En esa guía Michelín, aparecen 6 cocineros españoles, de los cuales 4 son vascos. Después una amiga de ella nos sacó a pasear. San Sebastián es super chico, 180 mil habitantes, y no tiene para donde expandirse, porque está la playa, y altiro la cordillera, por lo que es super caro tener una casa allá, es una de las ciudades más caras de España. Solo estuvimos por el día en San Sebastián, porque en la noche viajamos en tren a Valladolid, donde me encuentro ahora, en un tren lleno de gente borracha y hedionda. Mi destacado tío Quicho, que lleva un año viviendo en España, nos esperó estoicamente, ya que el tren llegaba a las 3 20 AM, pero por atrasos llegó a las 4. Este tío es un siete, uno de los amigos de mi padre más buena onda que conozco. Dormí hasta las 2 de la tarde y dimos un paseo, comimos sepias, y mañana emprendo viaje a Madrid, no queda nada para tomar el avión a Chile. A propósito, se me ocurrió un concurso: El primero que me invita al sibarítico gana. Y al Vienés también. GMH |