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Lo que a continuación contaré no es de ninguna manera un mal plagio de Poe o Lovecraft, lo que contaré será simplemente lo que aquel seis de mayo del 2005 descubrí.
Resulta que ese día estaba tomando agua de la llave, de esa que esta teñida como de cafecito, como a eso de las tres de la mañana, estaba muy sediento y en consecuencia no me importó tomarme un trago de la salmonelosis acuosa que drena la llave de la cocina de mi departamentito, cuando después de beber, el milagro del sueño me empezó a arrullar me dirigí a mi cama y como hacía calor decidí que sería buena idea que solo cubriera mi cuerpo con una sábana mugrosa que a veces uso como filtro para café, el calor era sofocante y me vi obligado a librar a mis extremidades del yugo de aquella sabana caliente y estaba ya a punto de perder el conocimiento cuando algo ocurrió, algún bicho de esos tan raros que habitan mi casa me picó y me provocó una hinchazón tan tremenda que parecía secuela de polio, en fin, mis ganas de dormir se esfumaron y así solo me quedé pensando.
¿Que estaba pensando? no se los diré para cuidar mi reputación pero sí les diré lo que pasó después; fue algo bastante raro, en el techo se dejaron escuchar un tipo de pasos muy lentos pero pesados era algo así como escuchar el ruido que haría mi abuelita su estuviera cargando un tanque de gas de esos de treinta litros que en las colonias proletarias como la mía sirven para hacer la sopa de codito...
Lo primero que supuse era que alguien se estaba robando algo de la azotea porque se dirigía hacia las escaleras que dan al pasillo frente a mi casa así que me propuse atrapar al supuesto hampón en el acto, pero en el momento en que escuche sus pasos justo frente a la escalera, cuando se suponía que esa abuelita ladrona tendría que bajar, esperó un rato y después se fue caminando en dirección contraria así que no supe si aquel ser era en realidad un ladrón, me propuse pues tratar de dormir algo porque mis ojos trasnochados parecían unos pequeños garbanzos enchilados, así que regrese al decúbito supino que caracteriza mi sueño.
Estaba otra vez a punto de sellar con lagañas mis hermosos ojos cuando de nuevo escuche esos pasos pero esta vez eran un poco mas veloces aunque igual de pesados así que descarte la teoría de la abuelita y me dispuse a enfrentar al ente, en lo que me vestía de manera silenciosa note que su caminar poco a poco volvía a si velocidad original de abuelita y que además hacía algo raro, pude notar que daba dos o tres pasos a la derecha y luego otros dos y de nuevo a la derecha haciendo cuadrados en mi azotea, eso era muy intrigante.
la verdad ya me estaba imaginando lo peor y acobardando, pensé que sería algún tipo de bestia con botas de Chente Fox danzando diabólicamente con la esperanza de poder comerse algún humano valiente y atractivo que llevado por la curiosidad acudiera a su encuentro, sin importarme el peligro y con mi característica valentía salí de mi sauna-departamento y subí lentamente y tratando de hacer el menor ruido posible al hacerlo, mientras subía sentí como si una granada china estuviera atorada en mi garganta, estaba sudoroso como nariz de perro y pasmado como el Peje en discurso matutino, un ojo se me cerraba solo y sentí como si un judicial me estuviera dando de cachazos en la nuca, aún así termine de subir y logré verlo.

Texto agregado el 21-05-2007, y leído por 101 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
21-05-2007 Es entretenido, El final sin final te deja pensando realmente de todo lo que dijiste, que quisiste decir? Que tenìas sueño supongo, que eres pobre y que te tiene harto ese mal. No puedo decir que esto sea un cuento, pero me entretuvo... Astolfo
 
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