Volando estoy.
Recorro los sueños que antes solo en mi imaginación estaban.
La niebla ya no me persigue más, pero el claro todavía se encuentra fuera de mi alcance.
No se cuando vaya aterrizar, no se si algún día deje de volar.
A donde llegar?, ya no me lo pregunto.
No sabía volar, y dudo, de mis conocimientos de viajero.
Caminaba esperando que la mariposa fuera domada, esperaba que me acompañara mi viaje al claro de mis fantasías.
Viajaba buscando que la princesa dejara sus posesiones terrenales, se uniera en mis ideas, me diera apoyo en mis pesadillas.
Nada es como lo esperas.
Entonces deje de viajar, comience a vivir el camino.
Cada estación que pasaba, traía consigo algo nuevo.
El verano trajo el olvido, el otoño trajo la nostalgia, pero el invierno termino por hundirme en su fría desolación.
Intente moverme, intente seguir, estaba atascado en mi propio invierno.
Cuando pierdes la fuerza que hacer?
Busque a mi lado, en todas direcciones y todo estaba vacio.
Mi mente nublada, no vio lo que ahí en realidad pasaba.
El invierno me hundió, pero este tiene la cualidad de atraer a todos los que han perdido la fe.
En ese terrible frío, emergió con sus llamas un dragón.
Su fuego apenas calentaba, su fuerza se esfumo tras su última batalla el príncipe farsante de los cuentos de hadas.
Una joven dragón herida en el corazón.
Tal vez fue la soledad, o es que estábamos por una razón, pero las palabras empezaron a fluir.
Sus aventuras eran maravillosas, pro su recorrido era igual de desastroso que el mío.
Será por eso que compaginamos?
Nuestro deseo de salir fue creciendo, su llama se fue haciendo más grande.
Los témpanos fueron desapareciendo. El deshielo nos hizo reflexionar, crecer.
Antes de que la primavera llegara una promesa fue hecha: Nuestro pasado quedaría ahí, en la rivera creada por el hielo, fluiría hasta donde desembocan todos los sueños rotos.
Nuestros caminos se cruzaron y ahora tal vez quedarían unidos hasta que otro invierno llegará.
Antes de una de las batallas mas sangrientas, entre los incautos que no creen en los que los dragones pueden resurgir y aquella que hizo todo para llegar hasta el campo de pelea, un amuleto le regale.
Un trébol de cuatro hojas, portaba en su cuello. En mis viajes nunca ví uno, dudo de su existencia, pero la suerte acompaña a los que la desean y trabajan por ella.
Regreso y ese fue el comienzo de mi aventura.
Me tomo de la mano y me dijo: déjate llevar, hoy empezamos a viajar.
Aun con el invierno encima y aun con la niebla en el horizonte, me enseño a volar.
Primero bajo para que si caía no lo hiciera de tan alto y el golpe no fuese tan fuerte.
Pero poco a poco empezamos a volar a una altura inimaginable.
Ya no formábamos parte de este mundo, éramos nosotros y ellas.
Guiados por la felicidad, por el sentimiento de sentirnos libres.
El viento sopla, pero a veces es traicionero.
Mis alas apenas soportan la envestida, pero mi dragón se debilitado por las flechas del destino. Tiene que descender.
Nuestro lazo sigue, una flor es nuestro testigo. Una que sembramos en la nube donde descasamos.
Nos hemos alejado, no por mucho, pero por un tiempo hemos surcado corrientes diferentes.
También yo he estado a punto de caer, la presión sobre mi se incremento y no podía soportar mi propio peso.
Mi dragón me dio fuerzas, unas palabras bastaron para que recobrara el rumbo.
Intento tener las palabras, las fuerzas, el hechizo perfecto para que ella no caiga en la oscuridad de la niebla.
Tal vez no las tenga, pero sigo donando parte de mi para no sucumba.
Volando estoy.
Hoy me encontraré de nuevo con mi amada
Todo este tiempo que estuve volando tal vez he hallado la palabra mas poderosa, solo espero que ella la entienda.
Voy llegando para decir: te amo.

Jsf