hace muchos años un campesino, despues de diez horas labrando la tierra con ayuda de su mulo, se sentó a mirar su trabajo. Pensó en los cuarenta años que llevaba haciendo lo mimo, al igual que había hecho su padre, su abuelo y muchas generaciones anteriores.
desató el animal y buscó un pico y una pala y comenzó a hacer un agujero. de alguna forma quería conocer el interior de aquella tierra que tanto tiempo había trabajado.
la gente del pueblo miraba con curiosidad aquel agujero. se reian de él, se burlaban, o estaban a la espectativa por si estaba haciendo algo que ellos no comprendían. Pero el agricultor no se inmutó ante las burlas y no contestaba a las ofensas que provenían desde el exterior del agujero.
A cuatro metros de profundidad el agricultor encontró un piedra que le impedía seguir profundizano, pero no cesó en su empeño y golpeaba con el pico aquella piedra, hasta que de agotamiento allí mismo murió.
algunos dicen que lo que se encontró fue su lápida.
otros dicen que con los golpes de su pico escribió su epitafio.
lo cierto es que ahora aquel lugar de llama la colina de antón.
y creedme que no consigo recordar el nombre de aquellos que se mofaban del agricultor antón.