Caes. Entro. Somos dos cuerpos. Terneza en cada mano. Me cuentas donde están tus balizas. Procuro no olvidar cada detalle. Los días van y vienen. Las sombras ocultan los cuerpos. Y nosotros estamos escondidos. Y viene llegando. Y hoy me acuerdo de los caballitos. Y me baño en los mismos ríos. Verde es el pasto. Dime: ¿Me voy a la cama? Subes. Salgo. Éramos dos. Hoy no somos nada.
Texto agregado el 18-05-2007, y leído por 112 visitantes. (2 votos)