Te conozco Mulata, te he visto,
la primera vez, un lugar de los dos,
filosofìa y letras,
el patio y el café de nadie los cómplices a fuerza,
y no supiste que no me viste,
te conozco mulata, aquí en mi pueblo,
Atlixco muerto y sus calles secas de espanto,
y de tanto mirarte me fuí cayendo en tu olvido necio.
Te conozco y me viste,
los autobuses en la mañana y sus mártires de pie.
tú al asiento de atras, nuestra vista loca,
no era lujuria, jamás capricho entendido,
incomodaba y nos encantó,
a mí esa disimulada obviedad de mirarme
y verte tallando un ojo desentendida,
observándome por la rendija dactilar que tu mano figuraba
a tí, mi cara de nomeimportaqueveasqueteestoyviendonomeimportaqueloveas,
y seguí honrando a tu recuerdo,
los labios rojos,
los ojos negros.
Mulata te Sé, y juro encontrarte detrás de los cafés desangrados
de algun centro
de equis pueblo
o de Ye...
...La última vez, subiste al camión
el número 72 coronaba el triunfo de un conductor enchido de valor
para dejarte subir, y ya enfrente
mirarme en espera de tí
como si los años no hubieran sido,
como si los días de ausencia cupieran en un reloj arenero,
el transporte desierto,
y en un instante tenerte sentada con cinismo encantador a un lado,
en espera del milagro,
el diàlogo preciso fue muriendo en mi garganta y ahí tambien un pedazo de cobarde,
para irse a incrustar en mi silencio.
Mulata, te supe leyendo el libro de náhuatl,
y me fuì imagìnándote viviendo en algun momento el tormento inquisidor
de la ablación por fuego, de la conversión por agua,
mulata te estabas muriendo, y mi recuerdo premiaba tu espíritu
càlido, incólumne y valiente,
con la santa absoluciòn que se da a los condenados a seguir vivos.
Mulata, en otras vidas, en otros tiempos,
seguí obstinado tus pisadas sobre el suelo,
las cálidas arenas de marfil me calcinaron los pies como cerillos respirando
las danzas de tu pueblo.
otras veces, el rincòn pesquero donde, naufrago, tendí las redes por tu cuello negro y fuerte,
como el carbón que pendían del brazo de los que llamaban y atendías.
Italia nos mató por partes el amor, mulata triste de alcanfor y mediodía en playas de calor.
Mulata de otras vidas,
las vemos en los ojos cuando juegan a verse hasta el tuétano,
cuando nos dan ganas de llorar de alergia, cuando los dìas crueles, serios y pesados
como muertos se nos van por dentro acabando la última luz vital que mantenemos.
cuando atendemos la memoria y sabemos el momento del día en que, aunque lejos y distantes, sabemos que nos vemos,
Mulata estoy de acuerdo,
sabrás de éste tu escrito al momento preciso en que tengas que saberlo
sabrás que no es el cancer, ni lo triste de pescar anzuelos con la boca
buscando en el caos salado de la mar el garfio despiadado que a tu lado me disponga
sabrás que es por tu ausencia,
sabras que sigo entero,
esperando tu cuerpo, molderoto de torneado barro negro,
vudú, candomblé, macumba, un hechizo de maldad me tiene preso,
mulata de arte oscura, encuentrame o te encuentro.
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