Serpientes que aparecen,
Que se escurren entre mis dedos,
El veneno recorre mis venas al paso de imágenes que generan los recuerdos,
Explosionan juntas, olvidándose, desapareciendo y volviendo a ser recordadas,
Lo miserable del mundo del que soy parte, florece en cada instante.
Me siento, miro y me quedo callado,
Me río, canto y me vuelvo un loco.
Salgo de mi crisálida y soy lo que no soy.
Cambio, muto y me dispongo a volar pero es un sueño.
Quisiera salvarme, pero el veneno corre cada vez más rápido,
Sin darnos cuenta…
Nos sentamos y sin orden ninguna nos volvemos locos.
noto la viscosidad de la piel de la serpiente rozando mis tobillos