Silencio…
Sólo el ritmo de mi respiración y yo…
Ya comienzo a escuchar el cantar de los pájaros. Siento la suave frescura de una mañana de mayo. Sé que ha nacido un nuevo día, pero yo permanezco en mi cama aún, con las sábanas enredando mis piernas, entre la plena consciencia y el duermevela, donde lo real y lo onírico son difíciles de distinguir, donde los sueños se mezclan con el despertar de los sentidos…
Y allí es donde aguardo, donde te espero…en ese lugar donde sé que siempre te encontraré. Yo seguiré con los ojos cerrados, tú te tumbarás junto a mí y tocarás con dulzura mi mejilla. ¡Vamos! estoy esperando a que me susurres esa frase al oído, esas palabras que salidas de tus labios me animan a levantarme de la cama y enfrentarme a mi mundo…-Toda la belleza del mundo se posa sobre ti cuando duermes-…Gracias una vez más…me has regalado un desayuno lleno de sonrisas.