me hubiera gustado no escuchar a mamá, pero ella hablaba sin parar como si eso fuera lo mas importante en la tierra. tuve un sueño raro, me dijo. estaba en la casa, me habían traído una nueva empleada, era muda, pero buena muchacha. le dije lo que debía hacer durante el día cuando de pronto vi que un ratero entraba por la ventana de la casa. le dije a la muchacha que saliera a buscar a la policía, pero parecía no poderme escuchar. cogí el teléfono pero no había línea. salí a la calle, en plena oscuridad y comencé a gritar: ¡policía, ladrones!, pero, nada, ni siquiera la gente que pasaba por mi lado me hacía caso. vi mi casa con las luces encendida y recordé a la muda, a la empleada. entré con un palo en la mano a la casa, cuando quedé boquiabierta al ver que el ratero y la muchacha hablaban de que yo estaba loca. de tanta sorpresa se me cayó el palo que traía en la mano, eso pareció despertar al ladrón y a la muda. me fijé en su rostro y tenía una cara grande, muy grande, usaba un sombrero y era medio aindiado, alto, vestía de negro... en todo eso me fijé cuando me acordé de gritar y grité. ¡cállate loca!, me gritó la muda, y luego, el ladrón me cogió de la mano y como si fuera un perrito, me echó de mi propia casa. iba a tocar la puerta, pero ya los dos estaban saliendo con un cofre muy pequeño y brillante. me le acerqué y le pregunté al ladrón qué era eso. me miró con su carota y esos ojos achinados, y me dijo que ese cofre contenía todo lo que había buscado desde que era un niño. le pregunté qué era. y este me dijo que era un reloj muy antiguo. lo miré y vi que era el reloj de tu padre, pero este reloj, no tenía flecha ni marcador, tan solo había números. los conté y vi que eran mas de doce. le iba a preguntar mas, pero ya estos dos se alejaban de mi casa y de mi barrio. entré y vi que toda la casa estaba igualita, mas limpia, pero algo raro faltaba, no se escuchaba ni un solo sonido. prendí la radio pero no escuché nada. abrí la ventana y nada. allí fue que me di cuenta que me había vuelto sorda, que no podía escuchar nada... en eso, desperté. ¿qué significa ese sueño?, me preguntó mi madre, y yo le dije que no lo sabía pero que lo iba a escribir y quizá podría entenderlo cuando lo haga. me despedí de mi madre y fui hacia el trabajo, y mientras manejaba, la bulla de toda la realidad me mareaba. quisiera ser sordo y mudo, pensé...
san isidro, mayo de 2007
|