Una noche de abril, presentia que nada serìa igual, el aire era distinto, no habìa estrellas en el cielo, la luna estaba distante, todos duermes y yo con la luz apagada pensado en lo que he hecho, nadie lo sabe solo mi conciencia, miro nuevamente por la ventana y noto una pequeña bruma, podrìa ser nieblina, pero era un circulo blanco, plomo y espeso, abri la ventana me asome y note un calido aire, que extraño no hacia frio.
todo esto me parecio extraño, me levante y me dirigi a la entrada de mi casa, mire el reloj y eran las 12:15, no se veìa nadie, mis padres dormian, nisiquiera mi perro ladraba, luego comence a divizar una silueta, un sombrero, un abrigo, quizas un pelo largo, sentí miedo, pero no espanto, senti un aroma a jazmin, y logre divisar que era una mujer joven, palida y maltrada, se me acerco y pregunto que hacia a esas horas fuera de mi casa, le conteste que me parecia extraña esa bruma que se veia desde mi dormitorio, me pregunto mi nombre, pero no respondi, quise entrar a mi casa, pero no podia, estaba màs bien paralizada, pero no de miedo, simplemente no podia mover los pies.
Ella se acercaba aun mas estiro su mano y me dijo, no podras ocultar por mucho tiempo tu secreto, todos lo sabran, le conteste, de que estas hablando, yo no tengo nada que ocultar, en eso mire a mi alrededor y habia una multitud mirandome, pero eran sombras no tenian rostros, queria llorar, pero lo unico que salia era humo de mi boca, creia que solo estaba soñando, pero no despertaba, en eso en mi casa prendieron la luz, grite tan fuerte que la multitud desaparecio, pero la mujer seguia ahi, extendiò nuevamente su mano y me entrego un espejo, me dijo mirate, tu sabes lo que llevas tu decides, no existe cielo ni infierno solo la bruma que absorbe tu mente.

por fin pude correr me encerre en mi pieza, tapada con mi manta bajo la cama, extrañamente me dolia tanta la cabeza que brotaba sangre por mi nariz, llore de una forma desesperada, vinieron mis padres a ver que me pasaba, le dije papa, mama, no dejo de sangrar que me pasa, me duele la cabeza, creo que voy a morir, mi madre prende la luz, y me dice, pero hija no tienes nada solo estabas soñando, el dolor habia desaparecido y la sangre tambien.
luego me dormi, con una angustia incontrolable.
al dia siguiente me levante y como todas las mañanas escribi en mi diario de vida lo que sentia, y me percate de las cosas que habia escrito desde que te conoci, pense en matarte, atropellar a tu familia y reirme gustosa de venganza, pero solo lo escribi, lo senti con rabia, pero no creo que seria capaz de hacerlo. luego comprendi, que aquella bruma que me visito esa noche, tal vez era mi conciencia desdichada que pedia otra oportunidad o que simplemente me estaba adviertiendo que tuviera cuidado con mi mente asesina.