Hoy ví tu sonrisa
y añoré aquellas palabras entre risas
carcajadas
risotadas
y alguna que otro susurro
cuando estabas a mí agarrada.
Mañana tú veras la mía
en un caja de negro azucarado
y te irradiará la melancolía.
El silencio que hasta hoy te he guardado
lo hice tenerte, mía
como si nada hubiera cambiado.
En mi lecho yazco inerte,
y mi alma te ve allí
fría
con ardientes lagrimas tuyas,
sobre el rostro mío.
Tuyo y mío es este amor
que viste mi alma ascendente
como único atavío.
Texto agregado el 04-03-2004, y leído por 190
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Lectores Opinan
04-03-2004
pienso que forzaste algunas rimas innecesarias, pero la idea es buena y te quedo padre.saludos. Golpha
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