Lo conocí en una fiesta de un amigo en común, fue un flechazo mutuo. Era un hombre joven de 25 años, de 1,80mts. de estatura piel tostada por el sol, delgado con el rostro muy fino, y en conjunto se le veía muy bien pero muy bien.
Se me acercó, se presentó, dijo ser amigo del dueño de la casa, y comenzamos a hablar las típicas cosas de la gente que se acaba de conocer.
Poco a poco salieron cosas en común, la que más me llamó la atención es que ambos habíamos vivido en Italia, así que continuamos la charla en italiano. Nos quedamos toda la noche conversando como sino hubiese nadie en toda la fiesta, cuando llego la hora de marcharme intercambiamos teléfonos, emails y MSN.
A primera hora del día siguiente al encender mi computador y acceder a mi MSN tenía una petición suya y lo acepté. Él se conectó como a las 10 a.m., me saludo amablemente, me preguntó si podía llevarme a almorzar, acepté porque me derretía por volverlo a ver.
El almuerzo estuvo ameno, me llevó a un sitio muy especial, se comportó muy sensible y divertido, quedamos en vernos otro día. Obvio que el interés era mutuo, esta vez teníamos otra faceta porque ambos estábamos vestidos de ejecutivos y ya no parecía tan chico y relajado como en la fiesta pero para mis pensamientos me decía “ ¡wow yo le llevo 5 años a este niño!”, lo cual le comenté pero dijo no importarle porque yo me veía más joven que él. Pasó la semana y me llamaba todos los días o me escribía.
En las noches hablamos mucho antes de dormir, para el viernes me invito a salir, cenamos, luego fuimos a un lounge y me llevó a la casa. Las salidas se hicieron más frecuente, hasta que yo visité su casa una noche que salimos a comprar helado para ver una película y él se cambio de camisa delante de mí. Para mi sorpresa vi un dorso completamente definido por abdominales espectaculares, eran perfectos pues no estaban exagerados sino justamente marcados, yo quedé prendada al ver esa belleza de hombre semidesnudo.
Ya había pasado dos meses y no se me quitaba de la mente aquella escena en su casa y nuestra relación se había convertido en algo estable, divertido y muy cercano. Podía contar con él para lo que fuese y viceversa. Hacía ya un año que yo no tenía una relación y estaba feliz con él
Una noche estábamos solos en mi casa y comenzamos a besarnos, luego él me tocaba estratégicamente para mi deleite y nos fuimos a mi cama, nos desnudamos, seguimos tocándonos, esta vez las partes íntimas, hicimos sexo oral, nos masturbamos mutuamente y ya estábamos listos para la penetración por la excitación
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Cuando sentí su pene dentro de mi fue mágico, luego comenzó el juego y las posiciones, hasta que finalmente yo tuve un rico orgasmo cuando el detrás de mi me penetraba fuertemente y yo volteaba para verlo como me lo hacia y veía su cara de satisfacción, yo le decía lo que sentía y él me hablaba para enloquecerme. Pasaba el tiempo y él no terminaba, yo estaba extrañada, seguía pasando el tiempo y nada, hasta que llegó un momento que comenzó a dolerme, y comencé a incitarlo más para tratar que llegara pero nada funcionaba, así que ya cansada y adolorida le dije que no podía más por el dolor, le pedí que parara.
Lo hizo, y le pregunté que si tenía un problema, me dijo que el se corría hacia atrás , yo me reí y le dije que esa respuesta no me la iba a creer. Luego me confesó que necesitaba mucho tiempo para terminar, así que se acostó junto a mi y me pidió que le hiciera felatio para luego el masturbarse , como 20 minutos después logró acabar pero ya había pasado como 2 o 3 horas desde que comenzamos y yo si sentí placer alguna vez, ya lo que estaba era cansada.
Volvimos a tener sexo al día siguiente y no cambió mucho la situación, lo hicimos por tercer día y básicamente siempre terminaba él de la misma manera y yo cansada y adolorida. Me decidí a hablarle de la posibilidad de asistir a un especialista, la idea no le gustó para nada.
Yo pensé será que era yo quien no lo excitaba lo suficiente?. Recordé el primer día que me había contado que siempre le sucedía la misma situación. Por eso insistí en el especialista y le dije que eso también era una manera de difusión eréctil pues no controlaba su eyaculación. Eso no le gustó. Pero era mi pareja y necesitaba que las cosas fueses lo más ecuanimes posible porque el sexo de esa manera ya no era placentero para mi.
El siguió siendo tierno pero había esa tensión sexual, una noche salimos a comprar unos medicamentos y él iba a comprar condones y le dije que no, no le gusto tampoco. Después de esa noche solo lo vi dos veces conectado como no disponible, 5 días después de verlo por última vez como no sabía nada de él lo llamé para que fuese a mi casa y me dijo que estaba ocupado. Siempre he sido drástica, al día siguiente lo saqué de mi MSN y estoy usando otro celular.
Se que le dije las cosas sin anestesia, que no le gustaron para nada, que no quise hacerlo la ultima vez , pero él no quiso discutir conmigo, cada cosa que le decía simplemente se negaba y luego me pareció que decidió apartarse. Así que no sé si la culpa del fracaso de nuestra relación fue mutua, mía o de él.
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