Estoy en el laberinto oscuro avanzando a tientas en
un derrotero alocado en busca de la razón misma, razón primigenia de todas las cosas que nos suceden o que provocamos, a veces vislumbro en la nada una luz poderosa que daría respuestas concretas, pero siempre al final esa luz ya no está y
la verdad no aparece.
Sigo implacable el camino tortuoso y accidentado de la vida con la sucesión de encuentros y olvidos
que a veces hacen dudar de seguir buscando esa
verdad.
Pero siempre seguiré adelante con la fe y esperanza
intactas, sin saber si tendré éxito o solo continuaré girando en el laberinto sin más recompensa que vivir.