Jennifer es una madre divorciada, se separó a los 15 años después de casada. Ella tiene dos hijas, una de 18 años y otra de 6 años.
Jennifer siempre quiso lo mejor para sus hijas.
Clarisa es su hija de 6 años, es entonces este año que ingresa al primer grado. Su madre la mandó a una escuela privada, pero la niña Clarisa quería quedarse en su escuela, igualmente no se quejó mucho.
Clarisa es una niña poco morocha, pelo castaño y ojos verdes.
Ella pasó pocos días en esta escuela, y sus compañeros la cargan por el lugar en donde vive, que no es feo, pero claro, todos son del centro. Clarisa no le quiere causar problemas a su madre y calla, pero tiene que saber que más adelante no podrá soportar. De eso se aseguro aquel día que sus ojos, su garganta y su emoción no soportaron más, y rompió a llorar.
Jennifer fue a buscar a su hija a la escuela nuevamente, pero esta vez la encontró llena de tristeza y profundo dolor, y le pregunto que le pasaba, Clarisa respondió que no quería volver, e inmediatamente su madre la cambio a la escuela donde iba.
Jennifer aprendió entonces la siguiente moraleja.
Lo mejor no siempre es lo mas caro
Tienes que saber que hay bondad, egoismo y maldad por todos lados.
Y en este caso de las escuelas siempre es mejor escuchar a tus hijos, pues ellos son los que conviven allí.
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