Soñé, que la barriga se me inflaba, que los corderos me amenazaban, soñé con la luna puesta en mi mano, soñé que se prolongaba mi pudor, que los árboles me miran, soñé que me trepabas, que te gustaba, soñé que me veía sentado sin saber que yo me estaba viendo, soñé que era mentira soñar, soñé que no creía en las montañas, en la lluvia, soñé que nunca más iba a escribir, que todo se cansaba de ser lo que era, soñé revoluciones, diurnas, inapetentes, soñé con tus miedos, tus flores de Bach..., soñé desde tus pupilas, desde mi cama, soñé que no me atraía tu cuerpo, te veía tan linda y frágil que de suerte me atrevía a besarte, soñé con los muros de Pink Floyd, soñé que el cielo nunca se cansaría de oscurecer y aclarar, oscurecer y aclarar..., soñé que fui un pez morado en azul, soñé que si soñar era algo malo, no me importaba, que nunca iba a dejar de hacerlo, soñé que quería hacer lo que quisiera, que un perro me miraba, soñé que sonreirías cuando te contase, sonreí soñando, soñé que nos casábamos, vos con vos, y yo con mi almohada, soñé que se disolvían los sabores, que la memoria fracasaba, soñé que lo que importaba era lograr que el segundo constante interminable del presente durase para siempre, soñé que de a ratos soy feliz sin motivos, soñé que encontraba la felicidad en la nada, que los hechos no eran la felicidad, que la misma se encontraba en comprender que la vida no es nada, nada bueno, nada malo, soñé que a veces me daba cuenta de eso y lo quería para siempre, dejé de soñar, y salí a buscarlo... ...me estaba esperando, supo que lo soñé.