Ven, cerca, arrebátame un brazo y con el párteme el rostro.
Destrúyeme de adentro hacia fuera, que ya no quiero ser en mi.
Desarma mis entrañas, y los profundos secretos de mi ser,
exponlos a la luz del día y que se extingan cómo un fulminante amanecer.
Ya es suficiente ¿qué no ves que ya entendí?
Me rehúso a ser yo, me rindo, derrumba mi semblante,
derriba mis extremidades, una por una.
Que mi orgullo desaparezca y de el no quede vestigio,
que ni ruinas sobrevivan el paso implacable del tiempo.
Pero después del flagelo, después de nada quedar,
vuélveme la vida con tu aliento, dame nueva vida,
y caminaré nuevamente, con nuevo ser, nueva vida, nuevo aliento.
Cámbiame, renuévame, transfórmame, hazme tu.
|