18:27, miro al oriente y la sombra se estira en el pasto, como durmiendo una siesta, ahí tan quieta la muy barsa mientras yo la vivo. No más, me cansé de ti.
-[Mira dudosa y un tanto satírica]-
No me aferrarás más a esta tierra, no te me atarás más a los pies, no tirarás más de mi cuerpo, no tensarás más mi piel; bebe de mi sangre maldita, te la entrego; tómatela y vete de una vez.
-[Levanta una ceja oscura, y sonríe sin espesor]-
Me desligo hoy de ti, me amputo hoy de ti; no me busques más, que no se te ocurra pisarme los pasos, que hoy me saco de ti. Toma y trágatela toda.
Le llueve sangre al pasto verde y al oscuro, y ambos la pelean; se impregna la tierra de sombra y sangre.
Una puntada en la nuca y se me adormecen las piernas; suave hormigueo homogéneo y rodillas al suelo.
-[Se retuerce en espasmódicas contracciones. Se despega del suelo, libera a la tierra de su oscuridad, y por un momento ve el amanecer; vuelve a caer, y la inunda nuevamente con su fría negrura]-
Se me nubla la vista, pero aún aguanto el peso de mi cuerpo… ya no, y por suerte el pasto es más blando que el asfalto. Caigo sobre ella. Quietos y en silencio me abraza, me acoge… me abraza, me aprieta, me hunde, y me cubre…
Me extirpo de ti para siempre, que te vaya bien pequeña, a ver si te consigues otra proyección tridimensional a la que puedas atormentar de la misma forma…



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