Fue realizada para que nadie se sienta solo en el mundo porque la soledad no existe, aunque a veces estemos convencidos que no hay nada a nuestro alrededor. Espero que confíen en esto...
Hubo una época hace miles, pero miles de años, donde se vivió un mundo encantado desde alfombras mágicas, lámparas con genios y aún más, caballos alados. En el “Antiguo Oriente”existió un príncipe llamado “Namer”, él era el más justo, recto e íntegro que prevaleció a través de los tiempos, y aquí empieza la historia.
Cierto día en el palacio, las murmuraciones, habían llegado al pueblo, dicho príncipe debía desposarse con una princesa.
Vuestros padres desde que ellos eran pequeños lo habían asignado.
“Namer” no estaba conforme con esa unión y por primera vez se opuso a su progenitor.
Él buscaría quién sería la mejor para él, la que brillaría a través de los tiempos…
Pero como sabemos el amor es difícil de hallar porque no todas las almas gemelas se pueden unir…
Así pasaron seis largos años, pero las arenas del desierto mostraron a una jovencita de apenas dieciséis.
Esta era de una condición muy humilde, casi tenía para comer, y vendía frutas a distintos mercaderes, pero lo que se destacaba en ella era que sabía de dónde provenía la necesidad.
Una noche ella fue detenida junto con algunos ladronzuelos y mendigos, y debió presentarse ante el faraón y su hijo.
“Namer” quedó subyugado con ella, a simple vista se enamoró, y pidiéndola en matrimonio ellos se casaron, poco a poco fue demostrando su luz y así reinaron siete años, hasta que una enfermedad incurable la llevó de su lado. El pueblo quedó compungido y “Namer” durante su larga vida hablando a solas decía, que su luz, había vuelto a su lugar, y mirando hacia el infinito ninguna estrella brillaba con más intensidad, que su princesa “Dishaha”…
The End.
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