LEYENDAS
EL PODER.
El poder nunca es estable cuando es ilimitado.
Son palabras de un historiador romano llamado Tácito; pero solo son eso… palabras. Yo prefiero pensar que el poder es, como lo describió Antonio Gala, un poeta español…
Al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra.
El poder y la riqueza en estos tiempos no son verdaderos problemas para seres como yo, no se supone que debería conformarme con una existencia común y ordinaria, con mi conocimiento y habilidades debo de pertenecer al grupo de aquellos que guíen el camino y destino de los individuos inferiores como los humanos.
Todo este poder que he acumulado al paso de lo años, a costa de tantos humanos muertos y condenados a la perdición de la peor de las muertes; todo este poder… toda esta riqueza es ahora solo un entretenimiento, solo una distracción.
A ultimas fechas he arreglado y ordenado algunos detalles financieros, he arreglado que una cantidad considerable de dinero sea dispuesto para los asuntos de la iglesia de San Francisco de Asís, obras que Enrique atendía y que ahora ya nunca mas volverá a ver. Nunca nadie sabrá de donde han salido los recursos para aquel orfanato, para aquel hospicio y otras tantas cosas que yo hube visto y que ignore sin darles la menor importancia.
Enrique ha muerto sin haber absuelto mis pecados, murió maldiciéndome, murió sin haberle confesado mi arrepentimiento a esta forma de existir. No tengo nada a lo que pueda aferrarme para continuar una existencia en este lugar y necesito saber si aun existe esa criatura demoníaca que me ha atormentado desde que me creo… desde que me abrazo con ese beso eterno y maldito.
"...No finjas más, no ocultes la excesiva hambre de mí que te arde en la mirada..."
Iré a buscar a mi creador, buscare al ser que me trajo a esta vida… a esta realidad oscura que no tiene la menor oportunidad de ver nuevamente la luz… ese derecho que se nos niega a todo ser condenado a permanecer oculto en las sombras… en la oscuridad, esa condición a la que estamos supeditados los que ya estamos muertos en vida… los que no tenemos vida y vivimos eternamente.
Argyle Van Zant, iré en tu búsqueda pues es lo único que me queda para sacar de mí este dolor que llevo dentro, necesito encontrarte, verte a la cara… ver nuevamente ese hermoso rostro… perfecto. Necesito tocarte nuevamente, tocarte con mis manos frías, gélidas… muertas.
Apenas amanece y ya siento que hoy será un día diferente, diferente a los demás que han transcurrido en los últimos cincuenta años. Haré los preparativos para el viaje que jure jamás hacer, hoy buscare la manera de ir a descansar de este penar en un lugar diferente.
-- Ishnah, todos los preparativos se están realizando para el viaje— el es Joseph, fue un niño que recogí de la calle años atrás y al que le he permitido crecer a mi lado… lo he criado como al hijo que jamás podré engendrar y que tanto desee en su momento. Se ha convertido en un buen hombre… en eso se ha logrado convertir aun a costa de lo que ha visto, oído y vivido. Aun con las atrocidades que han ocurrido en mi vida… en esta misma casa. Joseph nunca me ha juzgado... sabe que no debe hacerlo, que no tiene un argumento ni un punto de discusión conmigo… jamás se lo permití ni lo permitiré.
Hace ya algunos años que Joseph me ha pedido ser lo que yo soy… ser como su madre. El se da cuenta de como los años solo pasan por su cuerpo y sabe como lo van deteriorando… como lo devoran esos años sin que pueda hacer nada… sin oponer resistencia al paso inclemente del tiempo… tiempo… la maldición perpetua de los seres humanos y ante la cual su Dios permanece inamovible… jamás les dará la eternidad que les viene prometiendo desde hace ya milenios de historia. Joseph no se da por vencido, me suplica cada ves que tiene oportunidad… me ruega… me pide que lo abrace en ese beso eterno y maldito del cual reniego cada día de mi sublime existencia.
Hoy es diferente… hoy hace ya veinticinco años que lo tome de la calle y le di la vida que cualquier humano tendría por inalcanzable. Hoy es el día en que Joseph cumple treinta años y es cuando alcanza mi edad humana; la edad a la cual ese ser despreciable tomo mi cuerpo, mi alma… mi ser entero… lo tomo sin preguntarme siquiera... sin poder opinar, sin poder resistirme a tan exquisito placer como era su cuerpo… un cuerpo que tanto deseaba y que ahora veo en Joseph… mi hijo… mi amante.
-- Voy en un instante Joseph – respondo con voz tranquila mientras le pido que se acerque. El no teme por su vida, no lo hace pues sabe muy bien que nunca le haré daño, ¿Cómo podría una madre hacerle daño a su propio hijo?
-- ¿Sabes que día es hoy hijo mio?—le pregunto con voz suave mientras acaricio sus cabellos rubios y rizados. Mis manos pasan suavemente por sus brazos… unos brazos fuertes... poderosos y llenos de un vigor que clama por ser mío.
--Lo se muy bien Ishnah… te agradezco que lo hayas recordado—responde con voz suave… dulce. Su rostro también se suaviza, sus ojos se entrecierran al sentir mis caricias, al sentir mis labios pasar por sus mejillas… al pasar mi lengua por su cuello en una caricia que significa ya un amor carnal mas que maternal… un amor que el siente de igual manera, que corresponde y goza.
--La belleza es poder; una sonrisa es su espada… sabes perfectamente cuan hermoso eres Joseph… sabes muy bien cuan grande es mi deseo de poseerte—mi voz suena como el hechizo de una sirena en los oídos del marinero encantado por la suavidad y ternura que emana de aquellas gargantas mágicas, místicas… llenas de dolor.
--“El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”, un historiador ingles dijo estas palabras… ¿Habrás de darme la oportunidad de saber que se siente poseer tal poder mi señora? – Termino apagando su pregunta con mis besos…cuando Joseph siente mi boca en su cuello sabe lo que significa.
Su cuerpo se estremece y tiembla de una manera especial… de esa manera que le significa a un adolescente poseer al fin el cuerpo de la mujer amada… ese efímero placer que es nada comparado con el placer ilimitado que le va a significar a Joseph el poder absoluto… el poder absoluto le dará la vida eterna… un poder con el cual cambia totalmente tu visión del existir o del vivir… no hay vida con nuestra especia… solo muerte... destrucción… y mas muerte… un mundo por si mismo… un mundo que no pertenece a esos seres de luz que transitan libremente bajo los rayos de un sol calido… lleno de una supuesta vida a la que no le queda mucho sobre la tierra.
-- Por favor Ishnah no me hagas ya esto… hazme tuyo por fin… abrázame, permíteme entregarme a ti… ser completamente tuyo sin mas restricciones, sin mas preguntas para un inexistente motivo de existir—jamás me había pedido de esta manera que lo abrazara… ya no lo pienso mas.
Mi destino estuvo en manos de mi creador… de mi asesino, al menos así debió ser… pero el se marcho… me abandono. Yo no abandonare a este ser que hoy estoy creando, este ser al cual le doy una vida nueva… una vida eterna.
El destino de Joseph esta ahora en mis manos… las manos de un ser que le entrega el poder, la vida… una existencia nueva, con un infinito universo de nuevas sensaciones que disfrutare dándole a conocer a mi criatura, a mi hijo… al que he escogido como mi compañero en este viaje eterno de sombras y miedos… pero lleno de exquisiteces diferentes… de una belleza inexplicable.
“La belleza es poder; una sonrisa es su espada.”
Joseph es hermoso… su rostro siempre ha mantenido un color sonrosado que alimentaba el hambre que sentía por el… hambre de su sabor… de su delicioso sabor que hasta hoy he probado por completo. Sus ojos con esos tonos azul y verde… como el agua clara del mar del caribe… esas son el tipo de cosas que jamás olvidare de mi vida como mortal… esos colores que no volverán jamás. El cuerpo de Joseph es perfecto, nunca desperdicio el tiempo en estupideces típicas de su edad… se mantenía sano y coherente construyendo, moldeando y esculpiendo ese cuerpo perfecto lleno de poder y gracia. Joseph es mi creación… es mío y jamás nadie lo quitara de mi lado.
Un vampiro nacerá hoy… no es mi aliento ni el barro… es mi sangre lo que le da vida a un ser eterno.
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