La tarde ha caído ya sobre la ciudad,
La luna inicia a escondidas su elipse nocturna,
Luceros eléctricos se encienden iluminando las calles,
Gotas salvajes de lluvia borran la bruma.

Huyen juntos los dos hacia las sombrillas,
Donde las infusiones alivian el húmedo frío externo,
Para que entre vapores las miradas se busquen y se encuentren,
Y las manos bajo la mesa prendan el fuego interno.

Una mirada,
Atenta sobre los dos,
En el espacio,
Una taza suspendida,
En el café,
Nace el amor entre ella y el,
En la mesa,
Los labios se dan aliento de vida.

La escena se detiene por un momento,
Los labios se separan, alguien ha ido a interrumpir,
Reconocen, se agachan las miradas y se hunden en las tazas,
El otro se sienta y solo dice:
“Uno igual para mi.”

Una mirada,
Atenta sobre los dos,
En la tierra,
Una taza destruida,
En el café,
Nace el amor entre amigos,
En otra mesa,
La ira no puede ser reprimida.

La escena se detiene por un momento,
Los labios se separan, alguien ha ido a interrumpir,
Lo conocen, se agachan las miradas y se hunden en las tazas,
El otro se sienta y solo dice:
“Uno igual para mi.”

Té para tres.