Hubo un ser que aprendió sobre el amor, había leído mucho sobre el tema, pues este inspira a las personas, como él, quien ahora navegaba entre sus mieles, pues, tras mucho buscar y poco conseguir, a su vida había llegado ella, la más hermosa de las criaturas, casi perfecta, pero era la causante de la gama de sentimientos que en él había, descubrió que amar es compartirse con sinceridad, es mirar una misma dirección juntos, que ella era la causante de su alegría, de su tristeza, de su dolor, de su placer, de su perfección, de sus celos, de la belleza, de su vanidad, de su bondad, de su maldad, pero no de su esencia...

Y así pasa el tiempo, ambos caminan de la mano, se acompañan, observando el camino, él con sus ideas liberales, ella con sus ideas alienadas, pero juntos con la esperanza, la de estar juntos, hasta que el amor lo permita...