Aquella noche, cuando alzaste tu mano
mi corazón no logró percibir que ya te ibas
que no habria madrugada para tus ojos...
para tus caricias en mi frente...
ya no habria palabras que tradujeran tu impaciencia
por acunar en tus brazos aquellos pequeños pétalos
que iluminaban tu cara y aceleraban tu corazón.

Hoy mi caminar se detiene…tu momento ha llegado
te presiento volátil en mi conciencia
sintiendo tu poder en mí
comprendiendo hoy mas que ayer
tu pensar, tu sentir, tu grandeza…tu dolor!

Y me quedo en tu sillón acariciando tus libros
urgueteando entre palabras que alguna vez,
tu mirar cansado recorrieron.
Y entonces me pregunto y te pregunto
Qué seria aquello que prometiste plasmar?
¡Cuántos sueños deseabas realizar!

Tu recuerdo en mi tiempo permanece,
en un decir, en un gesto, en dominacias
y recesivas huellas de aquellos pétalos
que tanto ansiabas ver crecer…
… en preciados objetos, tesoros invaluables!
...que olvidaste en tu mesón.
Y hoy… aquí...en mis palabras …en los eternos
pensamientos que provocas en mi!

Estas tan lejos! No dejaste dirección!
Cómo extraño tu presencia!
¿Cuándo podré por fin, volverte a ver?