El vacío se hace intenso crece, y llora en mi pecho de hojalata Ruge afuera la noche y el mundo que me ultraja, las voces, los lamentos, la venganza y el barullo. La lluvia seca y el viento que lleva la peste. Las horas pasan en bloques congelados repetidas y uniformes con sus hojas afililadas destrozando lo poco que me queda. Y yo petrificado frente al negro y profundo espejo descubriendo que aún estoy vivo.
Texto agregado el 08-05-2007, y leído por 285 visitantes. (5 votos)