GUERREROS DE HIELO

En este impávido momento eres mi nocturna compañía y el verdugo de mi inspiración. Tu caminar extingue mi breve oportunidad de ser libre, de descansar y pensar en el galope de cristal. Decides bajar la marcha, como el inquisidor de mi verdad y mi sentir. Las súplicas por tu vuelo se caen como flores marchitas sobre el papel virgen, que espera palabras de amor que penetren el escudo del corazón hundido de ese ser infinito que danza en la luz fragmentada. Son tus golpes de a paso los que enmudecen la armonía que conmemora los actos de sacrificio que culminan tras los eclipses. Guerreros, tres reyes, de hielo sin piedad se clavan en mi imaginación y profanan la inocencia infantil. Acostumbrado a amar, a no estar solo, te posas leve, simplemente sobre tu muro y te vistes de soledad, reloj asesino.