Imaginemos, a rítmo de rock sureño, arpegiado por momentos, una de esas historias de amor que podemos encontrar en cada una de nuestras respectivas ciudades. El amor no distingue bocas de revista o melladas, trajes de pret a portet o harapos...los yonkis también aman.
AMOR EN VENA
Se conocieron en una estación de tren,
buscando un sitio pa dormir aquella vez.
El amor… llegó como una exhalación
compartiendo vino de cartón.
"¡Vente conmigo!
El mundo podría ser muy lindo."
"Acepto con una condición:
consígueme un chute, por favor."
"Ponles carita de pena,
yo aparcaré coches donde pueda.
Compartiremos cajeros,
bocatas, picos y dinero."
Pasaban días con la dulce eternidad
del que tiene tiempo para regalar.
Él la quería, pero no la respetaba,
y en la noche…desataba su rencor.
“¿Por qué lo haces? A la próxima me largo.”
Amenazas sin destinatario.
Luego pronto, la reconciliación,
apretando su brazo el cinturón.
“Yo no te quería pegar;
es sólo mono, nada más.
Anda y acércate,
te he preparado…uno bueno esta vez.”
Dos cabezas sin amueblar.
Muchos menos, y algunos más.
¿Quién les podría…reprochar?
Que se quieran como en la pubertad.
Y, entre cartones, se amaron la última vez;
Ciegos de vodka y de ron miel.
Por la mañana se le partió el corazón,
ella sufría muerte por congelación
“¡Susana despiértate!”
Él se aferraba al violeta de su piel.
Y maldecía, al tiempo que lloraba.
La UVI Móvil…no pudo hacer nada.
He oído que:
Se conocieron en una estación de tren,
buscando un sitio pa dormir aquella vez.
El amor…llegó como una exhalación,
compartiendo vino de cartón.
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