“Existen personas que gustan, pero no enamoran”.
Cuando la conocen la impresión es fuerte, sonríen, la observaban, se ilusionan.
La primera ves no pude despegar ni un solo momento la mirada de ella, su presencia agitaba el ambiente, no tenia una figura perfecta, ¡ni siquiera tenia figura! Su rostro tranquilo, una postura imponente dejaba ver los ojos tan llamativos que tenia.
Vi su nombre en la cartelera de admisión, pensé, ahora quien va a aguatar la mano de perros tras de ella. Por medio de terceros la fui conociendo. Ivonne, comento que eran muy buenas amigas, decía que era del carajo. Después, cuando un amigo tuvo una relación con una de sus compañeras, percibí su apariencia sencilla, callada, su vestimenta la hacia interesante. Un cuento, me dejo ver lo bella que era su sonrisa. Estuve hablando con ella sin escucharla del todo, pero lo que recuerdo era la espontaneidad para hablar, su frescura.
La mejor sorpresa la tuve cuando por una amiga pude compartir una noche a su lado. Cuando entre me sorprendió su presencia, ¡que nombre tan bonito tienes! dijo, mayor mentira no he escuchado... eso me gusto. Creo que ansié conquistarla desde ese momento. Como dice al comienzo, existen personas que gustan, pero que no enamoran. Trate por medio de detalles esporádicos lograr algo de confianza, poco a poco fui fracasando. Luego invitarla a una cita, muchas no las cumplió, y, en las que asistió, deseaba haberla podido cautivar. No esperar siempre después de una o dos horas de estar conmigo una mirada a un reloj, para decir... nos vamos.
Pequeños detalles dados por seres que apreciemos poseen gran importancia, de personas que no, por mas grandes estos, siempre serán cosas carente de valor. Después quise ganar su amistad, ni eso obtuve. Hoy estoy lejos, y se que me envidia por el lugar en el que estoy, pero jamás me extrañara.