Redención
Te miro y no hago otra cosa
Que adorarte en mi pensamiento,
Y la verdad es que
En los muchos años de poeta,
Y después de tantas
Fallidas musas,
No he encontrado a ninguna
Que me haga tener
Ese espíritu de redención
Cómo el que tengo hacia ti.

Pero es que
Al verte descender
Volando en gloria hacia mí,
No puedo explicar mi reacción
Y me vuelvo
Totalmente esclavo de ti.

Y es que, te miro…
Te miro y me veo
Totalmente sumiso hacia ti,
Haciéndome vagar
Por los oscuros valles,
Por los paradisíacos desiertos,
Y por los hondos ríos
De mi mente,
Y no opongo resistencia
A la magia que siento
Cuando me besa tu voz,
Realmente,
No puedo desobedecer una orden
De la más bella obra de mi pensamiento…
Eternamente entregado
En puño y pluma hacia ti.

Y la verdad
No puedo hacer otra cosa,
Porque dejar de adorarte
Es más tortuoso
Que morir de tarde
En primavera,
Es más insoportable
Que los mismos miedos
De lo insoportable,
La verdad estoy totalmente decidido
Por reverenciarte a ti.

Es cierto
Y es casi suicida decirlo
Pero te seguiría al fin del mundo,
Tan sólo, por dormirme a la brisa
Del aire de tu suspiro…
Tan sólo,
Por soñar entre las nubes
De tus cabellos hermosos,
Tan sólo por buscar
Ese magnifico edén de vida
Que es mi culto hacia ti.
Porque,
No puedo evitar
Revenciar a tan divina verdad
Entregarme
A tan grande indicio
Que demuestra
Que hay un Dios que me brinda
Ver tu divinidad,
La verdad es que no me imagino
A mi mundo sin ti.

En conclusión
Puedo decir
Que para el mundo
Podrás ser una divinidad más
Pero
La máxima divinidad
La concibes
En mi mente y en mi corazón
Y por eso, redención
Es lo que te ofrezco
Para poder unir
Mi mundo
Hacia ti.