Ha llegado la hora
De nuestro ansiado reencuentro
Pero en mi corazón
Aún te siento lejos;
Bueno, no sé lo que busco
Al buscar
La mitad de un suspiro en tu rostro…
…debí haberlo imaginado

Parece que nuestro reencuentro
Ya no tendrá cabida
En este mundo,
Pero no importa;
No creas que me heriste,
Porque aunque duele
Ya aprendí
A estar acostumbrado
A nunca acostumbrarme
A las ilusiones,
Si tan sólo son
Sensaciones pasajeras,
Que creo en mi cabeza
…A estar alerta;
A nunca dejar
Que algún patrón
Que algún individuo despiadado
Me arranque la ilusión
Para bajarme a este mundo real,
En dónde se vive
Muriendo poco a poco de amor,
Por eso
Siempre emprendo vuelo
Y muy alto entre las nubes
Logro encontrar
A mi mundo,
El mundo imperecedero
En dónde triunfó el amor,
En dónde nunca he sido herido
En dónde ninguna lágrima
Cayó por espada tuya,
En donde tengo
Una pradera infinita,
Siempre con cielo azul
Pero nunca con tu sol…
¡Para qué! Si no lo necesito
Si tan sólo me basta
Con el resplandor que emite
La leve sonrisa de tu sombra,
Esa sombra
Que ilumina el mundo imperecedero
Y que me ayuda a sobrevivir
Y a poder soportar
Todo este tiempo
Por el cual he estado luchando,
Este deambulante tiempo
Que está impidiendo
Nuestro eterno reencuentro.