Mientras la joven vivía en un sueño se sentía muerta en el fondo de su corazón y lo que reinaba en ella no era la vida, era el miedo.
Todo el tiempo oía voces, estas la perseguían incesantemente , eran algunas veces voces amables y dulces, que la decían palabras de aliento, era entonces cuando tenía ganas de volver, si pudiera encontrar la manera. Pero también oía otras voces terribles que se confundían en su interior, voces que atrapaban su alma y la conducían a mundos terribles donde reinaba la oscuridad, algunas veces reconocía esas voces, era SU voz, sus fantasmas, sus miedos mas antiguos que moraban su mente desde hace largo tiempo, pero que se mantenían siempre en segundo plano, ahora se había apoderado totalmente de ella y se le descubrían tal como eran, otras voces sin embargo pertenecían a alguien más, hubieron veces que hasta ella misma llego a creer que no solo su alma habitaba su cuerpo, si no que la compartía con un alma maldita por todo la eternidad, un alma diabólica que se había apoderado el que anteriormente fuera su cuerpo. Estaban los dos encerrados allí y no había escapatoria.
Y fue este un sueño continuo de agonía de muerte, ya que ella no comprendía que era lo que pasaba, tan sumergida estaba en su infierno, lo único que sabía y conocía ya era el sufrimiento.
Sin embargo un día oyó a esas voces benévolas que tanto consuelo le daban, ella sabía que cuando las oía estaba al borde de la realidad, y se sentía casi viva. Sin embargo esta vez las voces no hablaban con ella, discutían entre si. Discutían sobre ella y algo acerca de desconectar algo... lo comprendió todo de golpe, sintió la presencia de su familia en la habitación. Quiso gritar, explicar que no estaba muerta, si no encerrada y no encontraba la manera de salir de allí, por favor no, déjenme volver, no quiero morir, no estoy lista, por favor. No sirvió de nada, no podía moverse.
Y la sintió venir, con un miedo inmenso pero al final con cierto alivio. Se había liberado de sus demonios, no volvería a oír las voces. Y luego nada, solo una línea plana en el electrocardiograma y otra alma que se escapa y se pierde en el vacío.
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