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Triglicéridos

Desde que el médico le ha dicho que tiene que quemar sus triglicéridos, Azulada recorre todos los días el camino del agua. El ligero andar de una hora entre efluvios de hinojos y los cantares de un arroyo ribeteado de amapolas es el mejor Gemfibrozil para su colesterol subido. Esta tarde le acompaña el negro de Blao. Mil y una abejas al paso animoso de dos hombres vociferan alegrías por los ramilletes de azahar de un huerto de naranjos. Y Azulada rebulle de nostalgia al ver que la tarde se le deshace como un caramelo en la boca:

“¡Ay cómo siento no poder llevarme cuando me muera este trozo de tarde!”

“Atiborras tu embarcación -le replica Blao- para luego achicarla. Eso tan sólo se le ocurre al que asó la manteca. Tus venas atestadas de grasa no te permiten más peso, y tú, erre que erre, te empeñas en llenar hasta los topes el camarote de tu frágil cargamenta. La receta, Azulada, es apoderarnos tan sólo de aquello que tras la muerte podremos llevarnos a la desconocida Estigia."

Hay quienes la espichan de inanición, pero más injusto y vergonzoso es morir atascado y sobrado. Blao recuerda aquel viejo coleccionista de vinilo que murió por el derrumbe de la plataforma sobre la que apilaba todos sus discos. Su casa era el mayor arsenal discográfico del país. Nada más morir, su hijo se los cedió a una distribuidora. La vida es un ir amontonando trastos para después nuestros descendientes tener que desprenderse de ellos.

"Por favor, mi negro, no me vengas con monsergas de ayuno, que el raquitismo no va conmigo, que ya sabes que lo mío no es la privación del apetito, que dirían los clásicos, que yo soy seguidor de Dionisio y los placeres se hicieron para gozarlos. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Que ya lo dijo el Quijote que “no hay cosa que más fatigue el corazón de los hombres que el hambre y la carestía”.

Blao no sabe como decirle a Azulada que la felicidad no está en el hartazgo:

"Ser feliz es una tenue sensación al alcance de cualquiera. El placer no es patrimonio de la abundancia, al contrario, ya sabes aquello de érase una vez un hombre tan pobre, tan pobre que sólo tenía dinero."

"Pues tú me dirás, mi negro iluso ¿cómo podré yo sacar mis castañas del fuego, si apenas doy a basto para tu sustento?"

"Sí, ya sé, Azulada, que el sano muy buenos consejos da al enfermo. Perdona mi paternalismo. Pero a veces para sentirnos bien basta simplemente con coger y soltar a conciencia el aire que llega a nuestros pulmones. Peina tus cabellos con la lluvia, refresca tu cara con el rocío del alba, abriga tu piel con las caricias del sol, pasa la mano por la mata de este tomillo, huele su recio aroma, embriágate con el olor a leña quemada, mete tus pies desnudos en la tierra recién labrada... y te sentirás a gusto y, por supuesto, el colesterol a su medida. Y que sepas, Azulada, que la felicidad no la venden en el supermercado. Podrás atesorar todo el oro del mundo, vivir en el mejor palacio, ser gobernador de Bataria; pero para ser dichoso basta con que tus sentidos estén a flor de piel. Lo demás es basura. Vivir es sentir. Ni siquiera te empecines en apoderarte de este bello pedazo de tarde. Cuanto más quieras retenerlo, más deprisa se te irá de las manos. Los días son como el agua de este joven arroyo, están ahí para nuestro disfrute, para que todos los caminantes del mundo puedan bañar en su fresco lecho sus pies cansados. Imposible retener su curso. Nadie puede robarle las estrellas a la noche. "

Azulada y Blao hacen un alto en el camino. Se quitan las sandalias y meten sus pies en el cauce del agua. Y se enternecen al sentir como el agua besa dulce el cuello de sus pies desnudos. Un perro se para al mismo tiempo a beber agua, y el insignificante movimiento del rabo del animal causa en el ánimo de los dos hombres un profundo escalofrío de placer.

Y Azulada remata la caminata junto al sendero del agua con estas palabras a Blao:

"Seguro que si ahora mismo me analizaran los triglicéridos, clavados los tendría en su justo centro."


Juan Martin Serramo : AZULADA

Texto agregado el 07-05-2007, y leído por 300 visitantes. (15 votos)


Lectores Opinan
15-05-2007 Ohhh al principio no sé me equivoqué. 6236013
15-05-2007 Pienso que todo lo que van Me gustó mucho todos los consejos que recibiste de tu amigo, de verdad la felicidad no se adquiere en un supermercado. Pero creo que todo debe ir en su justa medida,porque tampoco sería bueno darle via libre a los sentidos. Puede que se pueda vivir con el equilibrio de ambas cosas. Este párrafo mi amigo me gustó: para ser dichoso basta con que tus sentidos estén a flor de piel. Lo demás es basura. Vivir es sentir. Ni siquiera te empecines en apoderarte de este bello pedazo de tarde. Cuanto más quieras retenerlo, más deprisa se te irá de las manos.*********** Besitos amigo Victoria 6236013
09-05-2007 De todos los buenos comentarios, sólo quiero agregar que ... el simple hecho de estar conversando con un amigo tan sabio y humilde como lo es Blao, ya es un goce una felicidad el atender a sus amenos e inteligentes consejos, en un dialogo sencillo de verdades y profunda reflexión, felicitaciones a los dos por tan exelente y hermosa columna tratando un tema como este.***** gfdsa_elisa
08-05-2007 Triglicéridos poéticos lo que nos faltaba. Pero claro, es mejor tomárselos poéticos que grasientos. Reflexiones existenciales sobre recetas de sintonía... triglicérida. Interesante, lo tendré en cuenta. Saludos a ambos! josef
08-05-2007 Buenas reflexiones, empezando con los triglicéridos, aunque al disfrute de los sentidos es difícil resistirse. Me quedo con estsa frase: "La receta, Azulada, es apoderarnos tan sólo de aquello que tras la muerte podremos llevarnos a la desconocida Estigia.". Si cargamos mucho la mochila, el excesivo peso no nos deja disfrutar del paisaje. Un abrazo***** -nagore
08-05-2007 ¿Cuántas veces nuestros desequilibrios orgánicos obedecen a desequilibrios emocionales? Todas. Todas las veces. Dijeron los mapuche, mucho antes que la OMS, que el estado de salud es el equilibrio entre lo espiritual y lo físico. Felicitaciones, mis estrellas. sara_eliana
07-05-2007 El punto del equilibrio puede que se encuentre entre ambas posturas. Blao da en la diana con el desapego, pero no dejar a los sentidos expandirse... ¿Podrán hacerse ambas cosas? Muy buena la columna, Juan.***** graju
07-05-2007 excelente como siempre, tu lenguaje e imaginación hacen que hasta los triglicéridos sean poéticos india
07-05-2007 Una buena lección acerca del destino de los “bienes” que vamos acaparando a lo largo de nuestra vida. Muy buenos estos diálogos filosóficos entre Azulada y Blao, ambos con argumentos ingeniosos en contrapunto, es un verdadero canto al goce simple de la naturaleza. Mis felicitaciones. loretopaz
07-05-2007 ¡Y una busca tantas recetas en la vida!, para tantas superficialidades y banalidades. Y mira tú, hasta los triglicéridos se lucen en tu imaginación y en la de Blao, aportándonos una receta sin igual: “La receta es apoderarnos tan sólo de aquello que tras la muerte podremos llevarnos a la desconocida Estigia”. Habrá, entonces, que aprender a soltar y a desapegándonos de sin sentidos, hasta comenzar a vivir un poco más ligero de equipaje. Mi admiración para ti y Blao. ************** Shou
07-05-2007 Pensé encontrar un diálogo cómico y encontré esta preciosura, me pareció muy bueno el diálogo entre el negro Blao y Azulada. Hermoso paisaje que ni siquiera el hablar de trigliceridos (algo tan humano) puede opacar. Besos y estrellas. Magda gmmagdalena
07-05-2007 Muy bueno, como siempre. margarita-zamudio
07-05-2007 "...Sí, ya sé, Azulada, que el sano muy buenos consejos da al enfermo. Perdona mi paternalismo. Pero a veces para sentirnos bien basta simplemente con coger y soltar a conciencia el aire que llega a nuestros pulmones. " Si más comentarios, es perfecto.+++++ crazymouse
07-05-2007 "Pues tú me dirás, mi negro iluso..." Ustedes me hacen bien, como dejarme peinar por la lluvia. Este texto es sencillamente maravilloso. Me quedo intentando descubrir al propio Blao que sustento, al mío, pero ¿sabés Azulada? TU Negro es único. Los abrazo. lilianazwe
07-05-2007 Y no lo dudes que estarían en su justo centro esos trigli..., como cuando el alma está en sintonía con la vida ¡Qué dificil hacemos el vivir y qué fácil es vivir! Y no todos lo aprendemos con los años ¡Qué pena! Gracias por esta reflexión que tanto ayuda al que leer sabe, para aprender que cuanto más ligera llevas la mochila, más fácil se hace el camino. maravillas
07-05-2007 Jajajajajajajaj, ay que buena, y que lindos paisajes, con este asunteque de las grasas, trans, triglicéridos, y todas las insuficiencias en post de la ciencia estamos cada día comiendo como caballos y más estíticos, con lo que me gustan los chocolates, los pancitos, las tartas, un copetito de vez en cuando, un buen salamín, etc, al final los que nos jorobamos somos nosotros y los gusanos que cuando se reparan para masticarnos se quedan si dientes porque morimos secos y consumidos,jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja lapluma_impresa
 
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