No importaba cuantas sonrisas podía robarte para guardarlas como tesoros en una cajita de cristal.
Tampoco importaba el sin fin de dudas que producía en vos, ni esa necesidad de tomarme de la mano y escaparte conmigo a cualquier lado.
Nada de eso importaba y lo sabíamos los dos, tu cadena era más fuerte que yo.
Nos rendimos a simular que no existía un tercer participante en este absurdo juego, donde lo mismo que nos enlazaba ayer, actuó como un muro entre los dos.
Tu corazón fallo a su favor.
En el mió, ecos de una promesa incumplida.
Me prometo no amarte más, hasta que el día se transforme en noche otra vez.
Texto agregado el 07-05-2007, y leído por 103
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Lectores Opinan
27-05-2007
uffff...como si hubieras escrito mi historia..q coincidencia encontrarte..MIS * celestial
20-05-2007
seria raro que de una misma copa pudiesen beber tres personas, el vino se acabaría muy rapido. por suerte una copa puede ser llenada mil veces (a pesar que el sabor del vino anterior nunca será igual al actual). lokillo