"Te amo, ¿tu me amas? se que es demasiado rápido para preguntar, pero es que el tiempo pasa y tu no lo ves." Le dije con una voz de romántica agresiva y segura de sus palabras; nunca imaginé poder hablar de esa manera.
Ignaki me miró con esos ojos profundos que personifican la noche, sonrió, me abrazó y trato de decir algo, pero ya era entendido.
Soltaba mi cuerpo con una lentitud, como de quien teme volver a amar; como de quien ama encubiertamente engañando el corazón.
Sin mas ni menos, sin dejarlo hablar. "Adiós Ignaki, adiós amor, duele la verdad, pero a ti no te ha amado alguien mas que yo".
Soltando mi pelo, para demostrar mi libertad recién adquirida dí la vuelta, caminé con decisión. Luego de largos segundo torné a ver; Ignaki absorto, con esa dureza de el, disimuló deplorablemente la lágrima que brillaba en su ojo izquierdo.
Apesar del bullicio de la estación, el silencio entro por nuestros poros, pero no dejo oir los aláridos de mi corazón fuertemente conmovido.
-Amarlo, abrazarlo ¡No! No una batalla inviable mas.
Mi pelo voló con decision mientras caminaba de nuevo en mi dirección. No quisé voltear a ver, no lo hice y no lo haré.