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Carta Tres (O la segunda sin darme cuenta)
Quisiera decirte con esta carta lo mucho que significas para mí, pero es imposible que a través de unas pocas líneas tú entiendas todo lo que me despiertas dentro. Lo mucho que me revolotean las luciérnagas cuando te miro a los ojos o cuando me sonríes de esa forma tan seductoramente encantadora y provocativa. El mal de ausencia que me provoca saber que no besaré tus labios o tomaré tus manos en muchos días.
Me gustaría que supieras, que te dieras cuenta de todo cuanto te entrego en esta aventura, en este remolino extraño en el que sumergí al darte el primer beso y dejar que te metieras más adentro de lo que nunca imaginé que pudieras llegar. Sé que tú dijiste y que yo prometí muchas cosas con respecto a las absurdas reglas que debemos seguir mientras estemos juntos en esto, pero debes saber que no puedes decirme cuanto es lo que yo puedo entregarte. Si te entrego mi corazón (además de mi cuerpo) con todos sus temblores es mi decisión y sólo mía. No puedes hacer nada más que decidir cuanto aceptas de lo que te doy.
Es raro que todo esto se haya dado como se dio, pero el punto es que llegamos hasta aquí y ahora no se como no adorarte más. Me gustan tus besos y tu boca que sonríe y cuenta chistes que me hacen reír. Amo tus manos grandes y fuertes que me tocan como si fuera un arpa, o un tambor o una flauta o un panal de abejas. Me gustan hasta tus necedades y manías y ese irremediable defecto (o virtud) de no estar de acuerdo con nada. Adoro tu sinceridad que abruma y tu forma de tomarme por la espalda para darme un último beso antes de despedirnos. Y esa forma de mirarme a los ojos que me pone a temblar toda y que me hace preguntarme si no me estarás diciendo algo más que no logro comprender.
¿Qué sentirás tú por mí? Es una pregunta que a veces me quita el sueño y a veces me hace dormir mejor. ¿Sientes algo por mí, me quieres aunque sea una cuarta parte de lo que yo te adoro? Si te lo pidiera ¿me cobijarías con tus brazos en una noche fría? Nadie tiene que vernos, sólo necesito saberlo yo. Tener la certeza de que significo para ti un poco más que el resto de *** *******, que deambulan alrededor tuyo en busca de reconocimiento. Yo supongo que sí, que me quieres aunque sea en el fondo o de otra manera no me habrías elegido como cómplice de tus juegos, de tus suspiros y tus historias (esas que me cuentas cuando estamos solos).
Tal vez debería callarme un poco de lo que siento, para que tú lo vayas descubriendo poco a poco, si es que queda aún tiempo de estar juntos aunque sea una última vez.
L.R.G
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Texto agregado el 06-05-2007, y leído por 124
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