David se levantó temprano, no podía dormir pensando en el campeonato de ajedrez.
Se jugaba mucho en este día, prácticamente toda su carrera, todo su dinero ingresado para poder concursar y saltar a la fama.
Sólo quedaban dos jugadores: Julián y él.
Julián tenía una mente privilegiada, buen jugador, conocía bien las jugadas maestras para hacer que David cayera en redondo en un completo jaque mate.
Eso es lo que más miedo le daba a David de Julián.
Entró en la ducha y se relajó bajó el agua caliente.
Una vez seco, fue a la cocina y se preparó una buena taza de café bien cargado, tenia que estar muy despierto y atento a cada movimiento que Julián efectuara con las piezas.
El campeonato empezaría a las once de la mañana, aún tenia tiempo de hojear algunas estrategias.
David cogió su libro y empezó a estudiar todas las posibles jugadas que Julián podría efectuar sobre el tablero.
David no podía adivinar lo que Julián haría en cada una de las jugadas, eso sería cuestión más de suerte que de otra cosa.
Cada uno de los movimientos, eran memorizados por David, porque eso si, memoria buena tenía y mucha.
Podía fotografiar una jugada en un tiempo record y reproducirla como si hubiera sido grabada con una videocámara.
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Algunas veces, David prestó un importante servicio a la policía, cuando en algunos momentos, le pidieron que realizará el retrato robot de los sucesos, de los cuales había sido testigo ocular.
Las imágenes que David describía, hacían fácil la tarea de búsqueda y captura de los supuestos delincuentes de cada uno de ellos.
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Cuando acabó de estudiar y memorizar todas las jugadas importantes, David cerró su preciado libro de ajedrez y se vistió.
Aún faltaban dos horas para el comienzo del campeonato.
Salió a la calle y se introdujo en el bar al que usualmente iba, allí estaba Esteban, su amigo de siempre al mando de su negocio ...
"Hola, como estamos esta mañana Esteban ?"
"Pues, como todas las mañanas David, como todas las mañanas."
"Esta mañana es muy importante para mi, estoy muy nervioso, espero ganar a Julián, porque sino, no se que haré. Todo lo he invertido en ese maldito torneo de ajedrez".
"Querido amigo, si no te conociera como te conozco, diria que has tirado la casa por la ventana. Pero te conozco muy bien, eres demasiado bueno jugando y Julián lo único que tiene a su favor, es su mente fugaz, pero como ser humano, se puede equivocar y desde luego no tiene la memoria que mi amigo David tiene. Sólo has de estar sereno, no te pongas nervioso, el moverá sus piezas con rapidez, pero tú tienes todas las jugadas en la mente, acuérdate de cada movimiento que él realice, acuérdate David, eso hará mucho más de lo que puedas imaginar.
Tengo aquí algo para tí, lo preparé anoche ... vamos a ver donde lo puse ... ah aquí está. Toma bebe esto, te hará coger fuerzas para tu memoria y para estar tranquilo también."
"¿ Qué demonios es eso Esteban ?"
"Algo que no te puedo contar, porque entre otras cosas, nunca lo entenderías, pero bébelo y estate tranquilo amigo, ganarás a Julián esta mañana".
"¿ Como puedes estar tan seguro de eso ?"
"Tú bebe ese brebaje y no lo pienses. Considéralo un favor personal de tu viejo amigo Esteban, te debo mucho David y esto será tu Jaque Mate a la Fama.
David, virtio el contenido de la pequeña botella en un vaso.
El color que tenía se semejaba al del té y su sabor incluso era muy similar al mismo también.
"Bien, ya me lo he bebido como tú me pediste, ahora qué Esteban ?".
"Tan solo una cosa, ve con la mente despejada y con serenidad, reproduce las jugadas según aparezcan ante ti. No dejes de mirar concienzudamente a Julián y sus movimientos, en alguno seguro que no le saldrá como el espera, en ese instante debes actuar y mover la pieza apropiada. Me entiendes David ?, mueve la pieza que genere su nerviosismo".
"Me está entrando sueño Esteban, creo que dormiré un rato hasta que llegue la hora de ir al recinto dónde será el torneo".
"Me parece muy bien, quédate atrás, en la habitación que tengo, yo te llamaré cuando sea la hora de ir allí".
"De acuerdo, no te olvides de llamarme, por favor".
"No te preocupes, llegarás a tiempo amigo".
David, pasó detrás de la barra del bar, abrió una puerta y encontró un armario, un lavabo y una cama.
Se quitó los zapatos y se tumbó sobre esta última.
Aquello, lo que su amigo Esteban le diera, debía de tener su magia.
Rápidamente entró en un profundo sueño, un sueño que iba alimentando la memoria de David y le iba dando fuerzas para el campeonato de ajedrez.
Al cabo de un buen rato, Esteban entró en la habitación y despertó a David.
David abrió los ojos, viendo a su amigo le preguntó:
"¿ Ya es la hora Esteban ?"
"Si, ya es la hora David. ¿ Como te encuentras ?".
"Muy bien, estoy dispuesto a ganar a Julián de una vez por todas, el triunfo será mio".
"Así se habla amigo, así se habla. Ten por seguro que ganarás hoy".
Esteban mantenía una sonrisa, que David no comprendía muy del todo, una sonrisa que ocultaba algo, algo que tenía a David con la mosca detrás de la oreja.
"¿ A que viene tu sonrisa de sarcasmo, Esteban ?. Es que crees que no puedo ganar a Julián ?".
"óh no David, no es por eso por lo que sonrió, ponte los zapatos y ve allí ahora".
"Bien, pero no comprendo nada, absolutamente nada de lo hoy pasa contigo".
"Cuando acabe el torneo, lo entenderás amigo, entenderás todo".
David, se calzó, se despidió de Esteban y salió del bar, fue en dirección a la parada del autobús que le llevaría al recinto del torneo.
Cuando llegó a su destino, vio un gran gentío que se agolpaba en la puerta de acceso, David entró por la parte de atrás, que conducía directamente a la sala del campeonato.
Una vez allí, vio a Julián sentado en un lado de la mesa dónde se encontraba el tablero con todas sus piezas, retando con impaciencia a que ambos jugadores dieran comienzo a su partida.
David se sentó enfrente de Julián.
Ambos se miraron y saludaron cortésmente.
David deseó que la moneda de la suerte saliera por la cruz, así tendría más oportunidad de estudiar el siguiente movimiento de la jugada de Julián, pues si a él, le salían las piezas de color negro, tendría frente a sí, los movimientos que Julián fuera ejecutando en cada jugada.
Dieron las once en punto, llegó el juez y el público aplaudió la apertura del torneo.
Tomando una moneda, el juez la lanzó una primera vez, para ver a quén de los dos jugadores le tocaba el turno de elegir las piezas blancas ó negras.
Salió en la primera tirada Julián como el primero en ser servido por la suerte de las piezas.
El juez lanzó por segunda vez la moneda al aire, David estaba sudando, esperando que la moneda volviera de nuevo a la mano del juez.
La moneda cayó, el juez abrió la mano y apareció la cara de la misma. Eso significaba que Julián jugaría con las piezas blancas y él con las negras.
De momento, la cosas iban cómo el deseaba.
Los relojes de tiempo, se pusieron a cero en ambos lados de la mesa.
El juez, accedió a que Julián comenzara a mover la primera de sus piezas, un peón.
Ahora el turno correspondía a David, movió otro peón.
De momento la cosa iba tranquila, David, controló sus nervios, el brebaje que su amigo Esteban le hizo beber, iba actuando en su interior.
Le tocaba el turno a Julián, desplazó el caballo, David movió otro de sus caballos.
El tiempo empezó a pasar, Julián comió a David varias piezas , lo mismo que éste hizo con Julián.
Los movimientos de Julián eran muy rápidos, pero ahí quedaban marcados, David trataba de adivinar cual sería el siguiente paso a dar por Julián en cada uno de los mismos.
En una de las jugadas, Julián movió demasiado confiado la pieza, David vió una oportunidad única de enfilar el Jaque Mate.
Julián se dió demasiado tarde cuenta de su error, David tenía memorizada esa jugada, no había marcha atrás para Julián, el alfil en diagonal iba directo al Rey.
Era el turno de David y desde luego, hizo lo propio.
Todo el mundo en la sala vio la jugada con claridad. ¿ Qué había pasado realmente ?
Volviendo unas jugadas más atrás, como vaticinó el amigo de David, Esteban, Julián se puso un poco nervioso al ver que David le comía unas valiosas piezas, unas piezas con las que contaba Julián para vencer a David.
A partir de ese momento, Julián comenzó a mover piezas en un desesperado intento de comerle a David, aquellas que harían que este último pudiera ganarlo, si conseguía acorralarlo.
Y efectivamente, a cada movimiento que Julián ejecutaba, David sabía lo que debía de hacer, veía las jugadas como si las tuviera en una bola de cristal.
El brebaje no hacía el milagro, pero si apoyó mucho la serenidad de David y sobre todo amplió su memoria cómo si de un zoom se tratara.
El Jaque Mate a la Fama estaba vaticinado para David.
Julián no hizo nada, calló contemplando su mayor error frente a David.
Se levantó de la mesa, dio la mano a David y le felicitó por su enhorabuena.
David acababa de conseguir el titulo de España de Ajedrez, que le permitiría concursar en Europa con los grandes campeones.
Recogió su diploma entre medias de miles de flashes y multitud de aclamaciones victoriosas.
Volviendo a casa, paró en el bar de Esteban.
Entró y dijo: "Amigo no se que has hecho, pero he conseguido el Título".
Esteban contestó: "No he hecho nada, sólo darte una esperanza que tenias perdida en ti mismo. Tú solo, has conseguido el diploma y tu propio triunfo."
Hizo una breve pausa y continuó: El brebaje, solo era té muy cargado con una pastilla molida en su interior, que hizo que durmieras las horas justas, que sé que no dormiste anoche. Por lo demás, era una bebida inofensiva".
David se le quedó mirando, Esteban sonrió de forma abierta, cogiendo una botella de whisky y dos vasos, dijo a David: "Vamos a celebrarlo campeón, estoy muy orgulloso de ti. "
Esteban cerró el bar aquella tarde.
Se sentaron en una mesa de las que estaban habilitadas para comedor y empezaron a beber recordando viejos tiempos ..
Escrito por Carlos Them
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