Tengo un cráneo de bovino en el suelo,
Si gustas saludarla se llama Manola, Clodovea, Federica, Florentina.
En realidad es taxativa,
Y prodigiosa,
Escoge su nombre de acuerdo a las miradas de quien le llama.
Y a la vez es más bien pasiva,
Pues no camina,
Y exonerados han sido sus trozos occipitales
Vaya!
Mejor no me refiero a las apófisis cornuales
Pues dicen que en el bar de la esquina las están usando para batir dados
(Si). Y es verdad, lo juro.
En este momento está rasgando a pedazos la alfombra verde de mi cuarto.
Y mira con recelo las rosas secas que alguna vez me otorgaron ciertos caballeros,
Lo recuerdo, y se las ofrezco incluso sazonadas.
- Que las disfrutes mas que yo- Dulce Camercina Ricarda Gerundina.
Si, claro.
Anatomía debería estar yo recordando.
Pero el bolígrafo que se da ordenes solo,
es quien me convierte hoy en rapsoda.
Importuna delicia!
Debería hacerle una protesta a mis desjuicios?
Amenazarlos de muerte?
Dejar de un humerazo inconsciente a mi espacio sensitivo?
Mejor comienzo a conectar mis pedazos intelectuales,
Los dejo segregar de forma graciosa sus troneras.
Que se liquiden de vez entera y liquiden todo lo que me compone.
Veamos…
De naturaleza osteológica,
Comenzar desde lo hondo,
Desde el hueso, como le llaman.
Y otra vez requiero de mi becerra favorita, Amelia, Saturnina, Ramoncina.
Espero que puedas oír mi seminario improvisado.
Aunque no tienes oídos.
La bulla timpánica te la revientan con los dedos señalando el nombre exacto de tu anatomía.
(Cosas de aprendiz)
Porciones que se ríen a carcajadas de mí.
Y he llegado a los agujeros supraorbitales,
Profundizado, lugar exacto donde calza el dedo que rasca la nuca mientras se pregunta.
Donde diablos esta??... (Y ha quien en realidad le importa?)
Sin embargo se extiende en el hueso frontal. lo dije y qué.
Que si hay lugar mas admirado por mis designios, ese es la frente.
Extensa, recepcionista,
tobogán desde el que se deslizan los más cálidos y adorables besos.
El vaivén de un reloj colgado en la pared.
Como aborrezco los minutos. Pues me recuerdan que aun me queda descubrir las ¾ partes del esqueleto axial y completo aun el apendicular.
Directo al hueso, entonces,
divisando mis nostalgias que van en planos laterales convexos.
Y se interceptan… lloran en las zonas medias.
Creo que soy de aire garboso,
Desenvuelta, de tal forma que me desato en mis descuidos.
Y me dan ganas de caer a un café del centro,
remojando graciosamente galletas de champaña en un cortado,
Y servirme conversaciones extensas e intencionadas con poetas que aún no he conocido-
No estar tal cual como ahora-, rodeada de material en disección, y comiendo cereales puros de una caja en este cuarto solo y rentado.
Me río de mis momentos sustanciosos.
¿Qué más he de hacer? Si todos son míos.
Y adoro más los suelos de las casas, de las calles, de las plazas.
Sentarme en ellos como si fuese lo mas natural del mundo.
Y adoro mas incluso hacerlo con las manos en los bolsillos,
Pues si con suerte mi día es, podré encontrar en ellos un par de monedas traviesas,
De esas que juegan a esconderse en las costuras de la tela.
El hueso lagrimal humedecido.
- Se ve que has llorado- Mariabella, Corintia, Estelina, Clementina.
¿Qué tan triste puede ser la espera?
Yo de cerca la conozco y ya ni siquiera la lamento.
Esta bien, no te exaltes. Yo a diferencia tuya si tengo un cuerpo,
Y un espacio encefálico que asciende por donde se le mire.
Comprensible. Asequible. Con justa razón te desaguas.
¡Que triste es ya desde el nacimiento llevar en la frente un par de cuernos!
Yo AÚN no los tengo. (Y digo aun, mas nunca jamás)
Luego eso si y bastante presagiados.
Si miras debajo de los sombreros, la gente se lo pasa rumiando.
Como en tus viejos tiempos…
Recuerdas?
Cuando tu Amalia, Dalia, Hortensia, tenias desfilando en tus mandíbulas procesos linguales de naturaleza mas bien espinosa.
Vaya que exitosa arma aquella.
A veces yo quisiera plantarme espinas de rosa (marchita)
Pero tu, como has de recordarlo.
Si tu mente es solo un retrato de antesala vacía.
Lugar donde incluso esquiar se puede, espacio hueco adaptado para ecos.
Oh! Cuanto lo siento!
Y regresando.
De resalto en una ciencia con mucho de
poética,
hipotética.
y patética-
Me desactivo pues puede hacerse mucho más sencillo de esta forma;
Descifrándolo todo en parajes prácticos.
Los proverbios que delata mi columna vertebral.
Una mano que comienza a leerme en código braille
Desde una simple vértebra lumbar.
Y los últimos ¾ de mi costilla predilecta.
Al borde de las caderas y sus sínfisis pélvicas
Como contándoles secretos a los acetábulos y sus lunas.,
Una pubis festiva, adorable y afectiva.
Que conoce los parajes nautales más distantes,
los momentos angulosos que son a veces incomprensivos.
(Incluso sin articularse)
La verdad es que estas horas de pensamientos me separan el esferoide en triples ramas.
Y a las coanas mejor no me refiero,
Que ya deje de percibir cualquier externo estímulo.
Y Basilia, Filomena, Andreína, Gerundina, me abandonó en esta etimológica y nauseabundo travesía. .
Y la verdad no la culpo.
No podría.
Si jamás ha despertado.
Menos me ha contado historias de esas un tanto vacunas.
Yo por mientras sigo paseándome,
Y el reloj hasta se hastía de hacerme tictac en el oído.
Soledad de amanecida en la que nadie se intercepta.
Yo Sola.
Interpolando pedazos de ciencia con libre poesía.
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