"Porque Godot hay uno solo, aunque no se equivoquen, Godot no es uno solo…”

Por Godot vivo y vivo esperando, por Godot soy lo que soy, por el estoy acá y por el seguiré estando…

Son un cuarto pasado las seis, parece que tampoco llegara hoy. Bien, seguiré esperando, el vale la espera, aunque no le conozco, se que la vale...

Hasta hace unos años yo llevaba la cuenta de hace cuanto le espero, pero eso ya no me importa y lo he olvidado, ¿por que habría de importar?, ¿acaso cuando le vea voy a contarle pequeñas anécdotas como desde hace cuanto he estado esperándole?

No importa cuanto tiempo me tome, no importan los días, difícilmente importa que yo esté siquiera, pues yo puedo esperar en cualquier lado, lo único que importa es él.

La gente a veces se sienta en mi banca, conversan conmigo y se sonríen al saber de Godot, me dicen ¿cómo es ese Godot al que esperas?, yo les respondo “no se, nunca lo he visto”, entonces me dicen “¿como puedes esperar a quien no conoces?, quizás ya apareció y no le reconociste”, pero yo me quedo en silencio, no pueden comprenderlo y es que cuando el aparezca yo lo sabré, porque la pregunta de ellos es inútil en esencia ya que él no sabe que es Godot, ¿como habría de saberlo alguien más a excepción de quien vive para esperarlo?, por eso Godot y yo no somos muy diferentes, ninguno de nosotros sabe quien es realmente, yo se que el es Godot aunque el mismo no lo sepa, Godot no sabe quien soy, sin embargo el merece una espera eterna.

Godot no es hombre ni mujer, Godot no es niño ni anciano, ¿Quién sabe siquiera si el es humano?, solo se que hay un solo Godot, aunque no se equivoquen, Godot no es uno solo.

A veces imagino una situación que me causa gracia, pienso que un día de estos una persona se sentará a mi costado preguntando por Godot como ya lo han hecho muchos, formulará la pregunta de rigor, y esa será la primera vez en que alguien no sonría, porque solo para esa persona existe una respuesta convincente, pues yo por fin podré responder “el Godot a quien espero eres tú”. Quizás el se sorprenda o me pregunte como lo se, no se que le diré, pero será cómico, creo que nos reiremos un rato, nos tomaremos tiempo de conocernos, seremos amigos, hermanos, padres e hijos de nosotros mismos, el de mi, yo de el…

Finalmente, después de un tiempo Godot tomará sus cosas, yo iré a despedirlo al andén con la precaución de no ver el destino en el boleto de Godot, y aunque ninguno lo diga, Godot sabe que desde ese día yo seguiré esperándole, no hace falta decir que el nunca volverá, pues Godot sabe ahora que es lo que yo deseo. A el nunca necesitare explicarle lo obvio, pues Godot es Godot y no sería quien es si no supiera que yo no vivo por el, ni el por mi, sino que vivo para esperarlo y el vive para no llegar. Ambos entendemos que no hay más sentido en el encuentro del que existe en la espera misma, pues nuestro encuentro solo será uno y nuestra espera será eterna. Desde ese momento, después de conocernos, Godot preferirá vivir sabiendo que yo le espero y a su vez yo seré feliz esperándolo por siempre…