Otra pocilga destruida dentro de los corazones buscando como resurgir entre su pobreza y el dinero de los ricos parten todas razones. La bota del fiero poeta; del hombre tierno, acaba en la soledad de un patio sin sombra y los recuerdos palpitarán en el infierno. Cacheemos los libros antes de ser quemados los altos hombres buscaran ahí las verdades y dirán que todos estamos por ser armados Que escupirán esos diputados dinosauricos en defensa de los escritores, de los necios, si sus alientos llevan rencores de vientos úricos. La tumba en vida de los míseros patriotas sería silencio mutuo de los periódicos y la noche lloraría de gotas en gotas. Partamos las verdades de los inocentes dividámosla en varias partes cada una y reguémoslas hacia los cuatro vivientes. Espero tener larga vida mortal.
Texto agregado el 04-05-2007, y leído por 89 visitantes. (2 votos)