SEDUCCION


Rostros dibujados de sombras,
labios deleitosos que mordisquean
un pecado, ojos relumbrando en
la negrura, guiños que se agazapan
invitando a un juego cautivador
de pieles agitadas, sedientas,
sed que se apaga en el manantial
de jugos y besos y es la naturaleza
animal encabritado por los sortilegios
de la rima exacta de los latidos
y el frenesí acompasado de caderas
ambiciosas y manos oblicuas
a la lumbre de ese fuego devorador
que decapita razones e impide
que las palabras cubran el espacio
y se deshagan acuosas en gemidos,
rasguños y hartazgo, la noche vive
en esos cuerpos intensos
abrumados por el ocaso de un placer
que agoniza en mutuos estertores.
La noche se cubre de somnolencias
y de sonidos y de palabras. Ambos
se arrebujan con sus promesas no
expresadas y se besan hasta que
amanece otro día de la Creación…





Nada nuevo bajo el sol


Boca alada que rehuye el beso y sepulta con paladas
de desdén las pulcras intenciones del volcánico
amante que se agazapa en su silencio para renacer en
llamaradas glaciales que abrigan esperanzas a su pesar.
Un corazón azul desborda impotencias y se desgrana en
lágrimas septembrinas, tibias y cobijadas en el pecho de
los titanes indecisos que alzan copas y brindan con las
sombras que se deshacen en luces apocalípticas, nada nuevo
bajo el astro que sonríe y su majestuosa corona de vómitos
estelares consolida la inutilidad del ruego que excede
galaxias y pulsares con la genuina convicción que un beso
no media entre dos estallidos de Big Bang y la ilusión
que desata ramos de primores, ha de extinguirse
como un eclipse de sombras entre las sombras…