Es dificil de explicar, otro momento absolutamente confuso y eterno. Viéndolo a los ojos podía sentir lo que el sentía, el mismo miedo que yo tenía. El lo sabía y yo mas que saberlo lo sentía como parte inseparable de mi destino. No hablabamos ni una palabra, de repente un -"Te extrañaré"- se escapaba de su corazón, pero yo no podía siquiera contestarle. El hombre que quise, quiero y mi alma sintió como parte de ella; mi cicatrizante, el se que me salvó de la perdición y le devolvió el brillo a mi existencia, estaba difuminándose en mis pensamientos, aunque no hiciera mas que temer por esto. Mi días de locura no habian sido olvidados y aún mas fuertes estaban entrando a mis pensamientos. La idea de hacerle eso me desazonaba con ironía, pero mas aún lo rápido que lo sentía venir y revolcarme, cambiándome toda perspectiva de lo que era y soy. Una vez mas minutos eternos pasaban y evadí sus ojos y palabras hasta lograr que la hora de mi partida llegara. Tomé todas las fuerzad dentro de mi y con un pusilánime beso, un fuerte abrazo y dos lágrimas, una suya y una mia, me despedí, pero esta vez las cosas fueron distintas. Ya no voltié siendo yo la que no podía cambiar el destino, sino siendo yo la que lo estaba causando. Con una lentitud y una pesadez indescriptible voltié la mirada antes de mi cuerpo y me fui sin volver atrás. -"Te amo"- Era todo lo que necesitaba para empezar a llorar desconsoladamente e irme antes de desorientarme mas. El futuro viene siempre sin poderlo evitar.