Me doy cuenta de la vulnerabilidad de mi esceptisismo con días como ayer. Nada, absolutamente nada, me podría haber anunciado los simples hechos que poco a poco fueron armándose; mejor dicho el hecho. Después de tu llamada, la entrada a ese lugar que desde hace tiempos no visitaba fue como un dejá vu o inclusive un literal descubrimiento de aquello que fue cuna de otra vida. Fui por tí, por nadie mas, o talvéz por mi misma, por la necesidad de recordar, de revivir el placer que sentí antes del dolor. Pero sin tanto dramatismo, esperaba verte a tí.
El descubrimiento me hacia poco a poco sentirme cómoda en un lugar en el cual nunca pense volver a estarlo. Hacia esto mientras al mismo tiempo añoraba con toda el alma lo que siempre he añorado desde que te conocí, aunque al mismo tiempo yo sentía lo correcto y la verdad que no es una añoranza sincera, ya que al tiempo mis deseos huyen de esta.
Comence entrando al lugar desde donde solía ver todo, solía pensar los detalles con que le daría interés al juego, donde planeaba mis estrategias. Todo estaba intacto, salvo la luz y el tamaño del espacio; de hecho supongo que esto hace que fuera totalmente diferente, pero dentro de mi era el mismo mundo, siempre reinará el mismo sentimiento.
Continúe. Después de ver todo te ví a ti. Fue ahí donde me dí cuenta de la vulnerabilidad de mi alma. En realidad te quiero Alina, es verdaderamente inexplicable el porque te quiero tanto. Te vi con tus ojos cerrados, envuelta en la cama, profundamente pérdida en tus sueños. Envidio tu manera de dormir, lejos, lejos de todo, sin miedo de mi, de ti, de nadie. Pense dos veces en irme, pero sin despertarte me tire a abrazarte, dure unos segundos sintiendo que algo me llenaba por dentro. Era ese abrazo, ese abrazo me hizo el día, no lo recuerdas, pero te lo dí con el alma, con las ganas que me faltan a veces para salir corriendo.
Es que todo fue tan raro. Te llegue a querer tanto en tan corto tiempo, porque los meses se volvieron eternidades y porque no es acá que te conocí, no fue en esta vida. Es como una hija, una hermana, no cuento con ninguna de las dos, pero mientras te abrazaba soñe que asi lo sería o lo fue. Mi Alina te quiero tanto. |