La oscuridad de mi piel se clarea con el sol de la locura, haciendo caer los muros que me encierran. Levanto la mirada sobre el horizonte sin la vanidad del que todo lo sabe, y comienzo a pensar como aquel que nada posee. Las salidas se multiplican por si solas. Al fin perderlo todo. Al fin un nuevo comienzo.
Texto agregado el 01-05-2007, y leído por 284 visitantes. (20 votos)